domingo, junio 04, 2017

Juan Goytisolo (1931-2017)


©Fotografía de Bernardo Pérez
«Ha muerto Juan Goytisolo. Lo siento mucho, hermano» (4-6-2017. 14:39). He brindado desde casi mis primeros balbuceos de lector una singular veneración a Juan Goytisolo, con el que me recuerdo en la Biblioteca Pública de Zafra leyendo páginas difícilmente comprensibles y asimilables hace muchos años, de bachiller. Poco dado al fetichismo —por tímido—, solo he caído en la manía coleccionista y el deseo de estar con quien escribió lo que leo con dos autores vivos —no cuento a los amigos que se han hecho escritores y de los que de algunos guardo más papeles que los que ellos tienen—: Juan Goytisolo y Juan Marsé. Precisamente, dos autores tan coetáneos como antagónicos. Juan Goytisolo ya no es uno de los más grandes escritores vivos; pero su obra ya le ha llevado a la cumbre de la literatura española de la segunda mitad del siglo XX y de las dos primeras décadas del siglo XXI, siglo en el que ha recibido sus principales reconocimientos en España. Vueltos de Madrid, en donde anoche nos salpicamos del entusiasmo blanco en el caudaloso río de la Castellana que gritaba hacia Cibeles contra el Barça y Cataluña, hemos querido seguir en la televisión pública española la noticia de la muerte de un escritor universal nacido catalán que ha escrito en castellano, y, sorprendentemente, solo hemos podido ver a la hora de comer treinta y tres segundos dedicados a Juan Goytisolo, frente a los casi tres minutos para la muerte de David Delfín —con declaraciones de un ministro incluidas—, y los diecisiete minutos ofrecidos a la victoria del Real Madrid. Y evidentemente, más tiempo que al atentado de Londres. No es reproche. Diecisiete minutos, tres minutos y treinta segundos. Es constatación del reflejo público de la trascendencia que cada cosa tiene en la educación de nuestra sociedad. Algo así como lo que dejó dicho Juan Goytisolo sobre la transición pendiente en asuntos de educación. Algo así. Por eso me alegro ahora de haber celebrado sus éxitos. Y me entristece la noticia de su muerte, que los amigos me han comunicado también como si fuese la de un pariente. Así me ha conmovido el pésame de mi hermano hace unas horas por la de un escritor querido que sabe que he leído. «Ha muerto Juan Goytisolo. Lo siento mucho, hermano». Parece ser que mañana lunes será enterrado en el cementerio civil de Larache en Marrakech.

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