sábado, diciembre 03, 2016

Víctor Infantes (y III)

Otra de las líneas principales de las investigaciones de Víctor Infantes es la que atiende a los aspectos materiales de la difusión cultural como la edición, la tipografía, la historia del libro o los modos de lectura desde el siglo XV hasta el siglo XVIII, que, en esto último, se han materializado en De las primeras letras. Cartillas y doctrinas para enseñar a leer de los siglos XV y XVI (1998), y que se materializarán en otros dos tomos, en colaboración con Ana Martínez Pereira, sobre los siglos XVII y XVIII. Uno de los empeños más destacables del mundo de la investigación histórico-literaria española en los últimos años es el proyecto codirigido por Víctor Infantes junto a François Lopez y Jean-François Botrel sobre la Historia de la edición y la lectura en España (siglos XVI-XIX), en prensa aún, pero en cuya órbita están algunas contribuciones publicadas (ver, por citar un solo ejemplo, Les Livres des Espagnols à l’Époque Moderne en un impagable tomo del Bulletin Hispanique de 1997). Víctor Infantes, además, ha rescatado en ediciones esmeradas piezas singulares de nuestra historia literaria, diálogos, narrativa popular, y ha fijado los caracteres de un género esencial en un libro completísimo como Las Danzas de la Muerte. Génesis y desarrollo de un género medieval (siglos XIII-XVII), editado en Salamanca en 1997. Su trayectoria, pues, es ejemplar por cantidad y calidad. Buena cuenta de ella dio la publicación de su Primera bibliografía (1977-1997), Madrid, Memoria Hispánica, 1998, en la que se refleja también su asombrosa labor como diseñador, tipógrafo y editor de libros. En los estudios bibliográficos y bibliofílicos, Víctor Infantes demuestra rigor al tiempo que una pasión amena y deleitosa, y es que mantengo que dedicación tan espesa para tantos no tiene otra forma de ser digerida que desde la vivencia del folio previa a la exégesis del mismo. Pero, siempre, con ese retrogusto del sensible que puede comprobarse en sus estudios sobre bibliotecas o sobre los libros ausentes de un inventario a la vez que uno repasa con delectación los comentarios a los preceptos citados de Klett y Da Cunha. Un placer para el que vive junto a los libros leer estas glosas a preceptos como no leer en la cama, no poner notas marginales a los libros, no doblar las puntas de las hojas, no cortar con negligencia los libros nuevos, no garabatear nuestro autógrafo en las páginas de título, no poner en un volumen de un peso una encuadernación de cien pesos, no mojar la punta de los dedos para pasar las páginas, no leer comiendo, no fiar los buenos libros a malos encuadernadores, no fumar leyendo para no dejar caer las cenizas del cigarro sobre el libro, no arrancar de los libros los grabados, no espatarrar el libro como para encularlo cuando es fácil poner una señal para seguir leyendo, no hacer secar hojas de plantas dentro de los libros, no estornudar sobre las páginas, no dejar los libros en cajones por la necesidad de aire de lo que necesita tanta vida, etc. Un placer. Un libro de cabecera. Y una inmejorable carta de presentación de un bibliógrafo, de un estudioso ejemplar, de un bibliófilo de amplio espectro que vuelve a esta su casa de la Unión de Bibliófilos Extremeños.

Publicado como «Primera parte de El Bibliófilo Víctor Infantes», en Gazetilla de la UBEx, número extraordinario, 2003, con motivo del Día del Bibliófilo. Homenaje a Víctor Infantes, Trujillo, 20 de marzo de 2003, págs. 2-3.

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