viernes, julio 22, 2016

Tómate un blog (II)


Lo de los comentarios tiene más miga, porque el libro de Sáenz de Miera es un singular caso de parasitismo bloguero, protagonizado por Álvaro Bermejo, que incluso ocupa cubierta y portada del volumen. Es el caso que son pocas —no llegan a diez— las entradas de Antonio Sáenz de Miera en las que no hay un texto, y no breve, de Bermejo. Se pregunta el lector por qué en apuntaciones como «¿Soy ecologista?» o «De trabajos, guardiaciviles y canciones» no hubo comentarios de Álvaro Bermejo; qué le ocurrió a Álvaro Bermejo para no comentar nada esos días; dónde estaba Álvaro Bermejo que no escribió en Allende Guadarrama. Un saludo para Álvaro Bermejo, amigo de Antonio Sáenz de Miera, tan generoso que concede —comme il se doit— la condición de coautor a Álvaro Bermejo. Con todo, el libro del blog es una delicia para conocer al bloguero Sáenz de Miera que ha reunido sus apuntes escritos desde noviembre de 2013 hasta febrero de 2016. Esto quiere decir que el experimentado activista de Guadarrama ha conocido —durante el cese definitivo de la actividad armada de ETA— la abdicación de un rey, la coronación de otro, la muerte de Adolfo Suárez, la fundación de Podemos, los ataques terroristas de París y casi dos elecciones generales sin gobierno. Lo nunca visto. Pero si algo más destaca de Tómate un blog es la actitud de su autor verdadero, la manera que tiene de enseñarnos a los que somos más jóvenes cómo hay que aplicar el sentido común, la tolerancia y la solidaridad cuando uno es testigo de lo que ocurre en nuestro entorno. Su blog es un ejemplo. Habla de la familia, de su querido País Vasco, de lecturas —de Pulgarcita, de Michel Serres, a El banquero anarquista, de Pessoa—, de películas —Ocho apellidos vascos—, de sus amigos vivos y muertos —entrañable su recuerdo de Adrián Piera—, de la Sanidad Pública con mayúsculas, de las afinidades creativas, de las cosas de la edad, de la vida, del teatro aficionado... Habla de él, se retrata, se moja; y en todas y cada una de sus entradas, en todos y cada uno de los textos de este libro, hay —debajo del dibujo estupendo de Jorge Arranz— una cita o epígrafe. Indicio más que sugerente de la inclinación del ánimo de Antonio Sáenz de Miera, que anota unas líneas de Cervantes o una canción de Manolo Escobar, un cartel de unas fiestas en Deba o unos versos de Ruiz de Alarcón, un aserto de Keynes o ¡un fragmento de Álvaro Bermejo! Un reparo, si no se considera tal lo de Álvaro Bermejo: que se hayan vertido casi literalmente los textos del blog sin corregir erratas, revisar la puntuación o añadir los diacríticos de títulos de libros, periódicos o películas. Lástima. Al menos, para que el autor no tenga que decir que «En este caso, gana internet» (pág. 65). Pase lo que pase, Tómate un blog. Lo merece. En este caso, en forma de libro.

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