lunes, mayo 25, 2015

Teatro


El pasado jueves, temprano, una conversación sobre teatro con un café mañanero bajo los plátanos del kiosco Colón de Cánovas. Con Olga Estecha y Fulgen Valares. Esas necesarias actividades paralelas del Festival de Teatro de Alcántara que este año celebrará su trigésima primera edición. Sobre el velador, mi ejemplar de El País, casi sin hojear, pues había cosas de las que hablar. Por ejemplo, qué perfil dar a la mesa redonda este año en torno al teatro del Siglo de Oro o de aquellos años que organizábamos en Cáceres unos cursos de verano vinculados al Festival de Teatro Clásico y de la intervención del escritor y crítico Marcos Ordóñez en una de sus ediciones. Y el periódico ahí, sobre la mesa. Así que ninguno de los tres sabía que tan cerca de nosotros estaba una definición del teatro que luego me pareció tan sugerente: «El teatro es algo que le pasa a alguien que está ahí». Es de Marcos Ordóñez, en su columna El hombre que fue jueves. Del jueves, claro. «Dietario de mayo», y si se lee lo que antecede a la frase la frase se ilumina. Y es que aquí, en este blog, al Maestro Ordóñez, se le venera. Promete este año la programación del Festival de Alcántara; y no tanto la del Festival de Teatro Clásico de Cáceres —que incluye cinco monólogos, un recital de la periodista Paloma Gómez Borrero con poemas de Santa Teresa y un off de traca con Franquete, en el Siglo de Oro. Así veintiún días. A este paso —le dije el otro día a un compañero— el de Alcántara supera al Festival de Cáceres. «Yo creo que ya lo ha superado» —añadió. Y hoy mismo me he encontrado el cuadernillo con la programación del Festival de Teatro Clásico de Cáceres abandonado en el alféizar de una ventana a pie de calle. ¿Será por algo? Espero que no sea para tanto.

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