lunes, mayo 30, 2011

Washington Square

El sábado recomendé esta novela a una amiga. Es la tercera o cuarta persona a la que se la he recomendado desde que me la regaló mi admirable amigo Antonio Sáenz de Miera con la etiqueta de "deliciosa". Mi ejemplar es el de la traducción de Catalina Martínez Muñoz, publicada recientemente por Alba Editorial (Barcelona, 2010). Me sonaba una edición del Libro de Bolsillo de Alianza, que ahora veo que era traducción de Mª Luisa Balseiro Fernández-Campoamor, la de los libros de Gerald Durrell. Me gusta mucho alejarme de mis lecturas españolas útiles, a las que me entrego por profesión, y leer a un ruso, a un sueco, a un checo o, en ese caso, a un norteamericano de origen irlandés como Henry James con su espléndida Washington Square (1880). Ayer me sobresaltó la coincidencia de que en televisión anunciasen La heredera, que es el título español de la adaptación que rodó en 1949 William Wyler de la novela de James, con Olivia de Havilland, que se llevó un oscar, y Montgomery Clift. Se hizo en los años noventa otra con Jennifer Jason Leigh y Ben Chaplin, que mantuvo el título de Washington Square. No supe si era realmente un anuncio de la película de Wyler o de una conocida telenovela mexicana; y no vi el modo de verla. Pero lo que recomiendo es la lectura de esta maravillosa novela sobre el cazadotes Morris Townsend y su pretendida Catherine; y sobre un personaje tan bien trazado como el padre, el doctor Sloper; y más... Como el narrador, que nos lleva desde su primera persona dominante por donde quiere desde las primeras páginas de la novela: "Pero ésta es una verdad cuya revelación prefiero postergar."

domingo, mayo 29, 2011

miércoles, mayo 25, 2011

Breviarios de Talía

Ya tengo estos dos libritos. Los recibí el lunes, contra reembolso. Sabía que el Instituto del Teatro de Madrid (ITEM), dirigido por Javier Huerta Calvo, había lanzado una colección de estudios teatrales —"Breviarios de Talía"—, y que dos conocidos colegas, Laura Dolfi y Jerónimo Herrera, firmaban los dos primeros títulos. Ahora sé que aparecen bajo el sello de Ediciones del Orto y la seña editorial de Alfonso Martínez y sus Ediciones Clásicas, y con fecha, ambos, de 2009. El de Jerónimo Herrera Navarro, Petimetres y majos. Saineteros del siglo XVIII hace visibles unos nombres poco aireados en el teatro breve dieciochesco fuera del grande de Ramón de la Cruz. Desde hace unos años se está recuperando una línea de investigación sobre estas formas dramáticas populares. Hace poco aparecía el libro de Josep Maria Sala-Valldaura, Caminos del teatro breve del siglo XVIII (Lleida, Ediciones de la Universitat de Lleida y Pagès Editors, 2010), que reunía precisamente la demostración de una parte de esa recuperación, varios trabajos del autor sobre el asunto, sobre piezas concretas, sobre autores como de la Cruz, González del Castillo o el sainetero Pablo Esteve, sobre tipos de personajes del género... El libro de Jerónimo Herrera recoge otros saineteros desconocidos por el nombre o por esta faceta: Antonio Pablo Fernández, Nicolás González Martínez, Antonio Furmento Bazo, Diego Ventura Rejón de Silva, Antonio Vidaurre, José López de Sedano, Antonio Valladares de Sotomayor y Gaspar Zavala y Zamora, a los que se aplica, con consciente laxitud, el apellido de "madrileños" que aparece en la cubierta del libro, que no está en el título de la portada, ya copiado arriba. Concesiones a la política geográfica, que no a la geografía política.
El estudio de Laura Dolfi, Don Juan llega a Italia (De Tirso a Cicognini), es más breve y menos múltiple. Se centra en una de las secuelas italianas de El Burlador de Tirso: la pieza del florentino Giacinto Andrea Cicognini Il convitato di pietra, que se analiza especularmente junto a la pieza española, tras una documentada introducción. Parte de lo leído ahora lo escuché de labios de Laura Dolfi, casi el día de su cumpleaños, en el curso de verano Lecciones de teatro clásico, en la segunda edición, de 2009. Ahora, su libro engrosa mi personal bibliografía de la historia literaria —y más— del mito de don Juan. Bibliografía que ocupa en mis estantes; ya lo creo que ocupa.

sábado, mayo 21, 2011

15-M

"Hagamos entre todos que quien pase por la Plaza se sienta a gusto y se quede" se lee en el encabezamiento de este folio que ayer nos dieron en la Plaza Mayor de Cáceres. Su contenido trae un aire muy agradable de ciudadanía responsable y de conciencia social que contrasta con el comportamiento lamentable de cientos de personas hace sólo una semana en los aledaños del Womad. "Sólo haremos ruido si se monta, por ejemplo, una cacerolada con hora de convocatoria; pero en la mayoría del tiempo ¡cuidado! Hay que convivir con la ciudad […]" "Si haces botellón no te queremos aquí. Así de claro. Entenderemos que estás reventando #acampadacaceres y el sueño de miles de personas por una cerveza." "Respeta el mobiliario urbano, no hagas graffittis. Estás en un entorno histórico, patrimonio de la humanidad […]" "Usa las papeleras. Si no cabe, busca un contenedor. No tires cosas al suelo." "No lleves símbolos, banderas o pancartas que se puedan asociar a algún partido político o sindicato, ni herir susceptibilidades religiosas. Esto es un movimiento ciudadano, todos deben sentirse representados, aunque no piensen igual que tú en muchas otras cosas." Son algunas de las recomendaciones que pueden hacer modestamente de la Plaza Mayor de Cáceres un lugar de reivindicación apacible.

viernes, mayo 20, 2011

Beca

“Ser varón, ESPAÑOL (PORTUGUESES INCLUIDOS), católico, de conducta irreprensible, menor de treinta años, licenciado en España con muy buenas calificaciones, no padecer enfermedad ni defecto físico o psíquico incompatible con el ejercicio de las funciones correspondientes y no ser funcionario público.” Esta mañana en la Facultad, Lara y Paco me han llamado la atención para leer un papel del Real Colegio de España en Bolonia pinchado en un tablón de anuncios junto al aula 15. Aunque resulta increíble, la convocatoria de un concurso de méritos para proveer unas becas contiene entre los “requisitos derivados de aquella voluntad fundacional” los que he copiado arriba. Desde luego, no somos los primeros en sorprendernos, y parece que hace ya años alguien pidió explicaciones y se le respondió que el Real Colegio de España en Bolonia es una institución privada que depende de un patronato y que sus estatutos, a partir de una bula fundacional de Urbano V en el siglo XIV, sólo pueden ser modificados por el Papa actual. Me acuerdo ahora de lo que hace nada decía uno de los sabios contertulios de RNE sobre uno de los promotores de Democracia Real Ya!, eso de “no hay nada más burgués que un abogado haciendo oposiciones”. No sé por qué me he acordado de esto.

jueves, mayo 19, 2011

Democracia real

I
 El carácter excepcional de una manifestación de ciudadanos como la promovida por Democracia Real, Ya!, que no pide el voto, es el mejor argumento para no intervenir por parte de la Junta Electoral. No debe ser prohibida.
II
Una de las peticiones leídas en los carteles de la acampada en la Puerta del Sol es "Educación Digna Ya!!!". Su lectura me sume en el peor de los vaticinios sobre la efectividad de la protesta.
III
 Tan saludable movilización ciudadana, de dudosa articulación y de tan improbable efecto, como la promovida por Democracia Real, Ya! tiene otra virtud entre las suyas: su capacidad de desplazar de la ultraderecha o de la ultraizquierda antisistema el rechazo de los modos de la clase política. Que una crítica radical a la democracia no sea interpretada como involucionista, sino todo lo contrario, puede ser una consecuencia que habrá que celebrar.
IV
Las palabras y las imágenes —por este orden— de los dirigentes políticos de todos los partidos en liza resultan patéticas, de izquierda a derecha, de derecha a izquierda. Más razones para la protesta.
II bis
Coda. Otro pronóstico desolador me traen las comparaciones odiosas con las masas en las calles acompañando a la roja de fútbol campeona del mundo en julio pasado.

domingo, mayo 15, 2011

Una aproximación al desconcierto

No son modos, me dije al llegar a casa este viernes de Womad. Había recogido un sobre con este libro que me enviaba su autor e hice lo que no suelo hacer nunca: leer mientras camino por la calle. Así cayó casi la mitad de "Las limitaciones del lenguaje", la primera sección del libro. Luego continué leyendo en la cola de la caja de ahorros: "Comenzamos a hablar cuando acariciamos con dulzura / el cuerpo de una joven que se ha dejado amar /y, en su defecto, / cuando las tachaduras del poema / ocupan más espacio en la cabeza." Son versos del poema de mismo título que la sección y de los que he borrado una coma sobrante tras "dulzura". No sé si contagiado por la amenidad de los textos o por la fotografía urbana de cubierta —de Laura Rosal—, lo cierto es que tuve esa mi primera experiencia de lectura de Una aproximación al desconcierto (SIM/Libros, 2011), de Javier Sánchez Menéndez. Por eso volví a leer desde el principio cuando llegué a casa, como si hubiese tenido que volver a la caja por un resguardo olvidado. Me ha parecido un libro acumulativo; quizá por ser el primer libro publicado después de quince años, desde que apareció en el Ateneo de Córdoba La muerte oculta (1996), que no conozco. Sin embargo, tiene su leve estructura en dos secciones principales, un descanso y una coda: "Las limitaciones del lenguaje", de veinticinco poemas y, a mi parecer, siembra principal del libro; "Ataques de cordura", que es el descanso en las brevísimas teselas de "Lapsus" —con errata en el índice. ¡Ay!, las erratas. Acabo de descubrir una en la página 255 de Para entregar en mano, de José Luis García Martín. Lapsus calami— e "Ictus"; "Clases particulares", la otra sección principal, con ejercicios que recuerdan a la ironía y al didactismo de las fábulas, las instrucciones y los tratados de un Ángel González, pongamos por caso; y "Segunda inclinación" como coda llena de sentido (del humor, o del amor). Sí son modos, me digo ahora. Siempre que uno no confunda los términos y no se crea que por leer en la calle se trivializa el texto. Mera apariencia. Como en esta poesía de Javier Sánchez Menéndez.

sábado, mayo 14, 2011

Dice Mairena, dice Machado, dice Neila

Me gustan libros como éste. No es que te ofrezcan algo nuevo; es la manera en que te muestran lo ya conocido. Además, estoy seguro de que para algunos será el primer conocimiento de un autor universal; y será una buena puerta de entrada a su decir y a su pensar. Sea. Una selecta muestra de Sentencias y donaires, de Antonio Machado, en edición de Manuel Neila (Sevilla, Renacimiento -Colección A la mínima-, 2010), que me dice más que otras antologías del maestro. La hace un poeta y profesor (Hervás, 1950), cuya inclinación aforística como escritor y crítico se expresa en esta forma de darnos a un Machado esencial. Conozco buena parte de toda la obra de Neila; pero esta vez la veo a través de otros. No solo Machado. También por su edición de José García-Vela, Hogares humildes [Obra poética] (Sevilla, Renacimiento -Colección Biblioteca de Rescate-, 2010), para la que escribe una jugosa introducción titulada "Las huellas de José García-Vela" que es el primer texto que vi dedicado a José Mª Martínez Cachero, el catedrático ovetense fallecido hace ya casi un año. La poesía del asturiano García-Vela, muerto antes de cumplir los veintiocho años, se reduce a un libro, Hogares humildes (1909), que fue reseñado por Enrique Díez-Canedo; pero aquí se da otro inédito que dejó el autor, aun sin rematar, como fue Las huellas de los muertos, que Neila edita por primera vez. A Manuel Neila, pues, debemos ya mucho más que habernos dado sus propias creaciones. Es solo un apunte.

domingo, mayo 08, 2011

Un paseo por el Tajo

Mi hermano ha vuelto a escribir una cosita en su blog.

sábado, mayo 07, 2011

Un torpe en un terremoto

Escribo a la hora en que empieza la semifinal entre Nadal y Federer, y escucho a Javier Rodríguez Marcos en el programa La estación azul, de Ignacio Elguero en RNE, que habla sobre su libro Un torpe en un terremoto (Barcelona, Debate, 2011), y que hoy, esta misma tarde, se presenta en la Feria del Libro de Cáceres. Un torpe en un terremoto es el libro estrella de esta feria cacereña dedicada a periodismo y literatura, aunque para unos el libro estrella sea el que más se ha vendido y se ha firmado, y para otros el libro estrella sea un concepto no contemplado. Esta obra de Rodríguez Marcos, por ser crónica de un periodista que pertenece al panorama literario español de los últimos quince años, tan sólo, es el que más se ajusta al perfil elegido este año para esta celebración del libro. No hay otro. Soy parcial. ¿Qué puede decirse de un libro que se cierra —valga la redundancia— con una suerte de epílogo en el que se lee que "la literatura es de escapar y el periodismo y sus alrededores, de perseguir"? ¿Qué de alguien que ha escrito que "Tanto o más que las técnicas que utilizan en sus relatos, lo que tienen en común los grandes escritores y los grandes reporteros es una forma de mirar."? Además, Javier es de aquí, cacereño —aunque no vale como argumento— y el libro es una delicia para leer —esto sí es un argumento— porque sugiere, informa y describe con honestidad, y exalta un valor casi tan grande como el sentido común, el valor literario, que diría Azorín. Es crónica; pero es crónica literaria. (Sus catorce capítulos o secuencias juegan con un doble título muy sugerente). Es, como siempre en los libros de Javier Rodríguez Marcos —y me atrevería a decir que también en los poéticos—, la prueba de fragmentos del diario de un lector.

jueves, mayo 05, 2011

Alimento

He salido de la Facultad hoy cargado con un libro recibido, mis páginas impresas para una charla sobre teatro que tengo que dar esta tarde, un sobre enviado por Serafín Portillo, coordinador del Plan de Fomento de la Lectura en Extremadura, el resguardo del arreglo de un pantalón que tenía que recoger y una tosca lista para la compra de víveres. Al llegar a casa con todas mis provisiones y abrir el sobre de Serafín he encontrado mi alimento del día, todo el sostén necesario en esta píldora amable que lleva por título La vida que nos damos, que es el elogio de la lectura que Basilio Sánchez pronunció el pasado día 11 de abril en Arroyo de la Luz (Cáceres). Impecable canto a la lectura, sentido relato de los inicios de una pasión, confirmación de un gesto ético ante la vida, el de Basilio Sánchez es un texto breve que se lee en un instante; pero cuyos efectos son duraderos. Lo cuenta el poeta al final de esta perla, cuando nos habla de cómo se levantó en una ocasión ante un auditorio de jóvenes estudiantes para regalarle su libro de poemas a una alumna señalada como lectora de poesía: "Aquel día, sin pensarlo dos veces, me levanté de pronto y, atravesando el patio de butacas, me aproximé hasta ella, le pregunté su nombre y le puse entre las manos el libro que en aquel momento estaba leyendo acompañándolo de una nota cariñosa. Tuve la sensación de que acababa de ofrecerle un cántaro de agua a alguien segregado de la tribu, alguien desamparado en un desierto implacable, pero capaz de generar, quizá dentro de poco y por sí mismo, su propia agua." Lo dicho, un alimento.

lunes, mayo 02, 2011

La virtud del momento

La virtud del momento, de Ana Baliñas, es un libro de poemas extraordinariamente singular. No solo porque para muchos, entre los que me incluyo, es el primer libro visible (hay un libro en gallego que fue publicado como accésit del Premio Esquío en 1995 y La oración de la piel, Premio Extremadura Joven de Poesía) de esta autora (Santiago de Compostela, 1969) que habría que tener en cuenta en el censo literario de Extremadura, sino porque está compuesto por una decena de libros inéditos escritos entre 1994 y 2007. Son muchos. E inéditos. Trece años de escritura con los títulos de Examen de conciencia (1994-1995), Tristia (1996), Al final de la fábula (1997), Ridícula erección de primavera (1998), Poesía/ La muerte entre dos viajes / Puntos subversivos (1998), Zaratustra y el tiempo (1999), Lunas crecientes (2000), ¿Tristes? tópicos (2000), Ilusiones, definiciones y otras adivinanzas (2000) y Nuevo libro (2007). Tal reto compilatorio tiene un subtítulo destacable: Inventario incompleto (1994-2007) y un valor añadido para la crónica inacabable de los gestos de los escritores ante su propia obra; a saber, que dos de los libros citados, Poesía/ La muerte entre dos viajes / Puntos subversivos, de 1998, y el siguiente, Zaratustra y el tiempo, fueron revisados en 2004. Estuve en la presentación la tarde del día 26 de abril en el Colegio Mayor "Francisco de Sande", en la que intervino Rogelio Pérez Mariño y leyeron poemas de Ana varios amigos. Fue agradable el rato, aunque extrañamente fuera de lo convencional. Algo así como la poesía de Ana Baliñas, tan revuelta y mezclada públicamente ahora, tan distante unas veces, tan cercana otras, de tantas idas y venidas. Poderosa en la expresión de unas lecturas, firme en intención literaria; pero falta a veces de revisión y lima, de reescritura, de ese afán de tantos escritores por no dejar nada como definitivo. Lo que contradicen, por fortuna, los libros revisados y algunos de los últimos. Pero es tanto todo que mi intento de escribir en poco espacio sobre tanto va a caer en la banalidad. Algo así también es la manera material de dar tanto escrito, pues el resultado editorial no ayuda a una lectura adecuada de la poesía de Ana Baliñas, no deja que respiren los textos y requiere algunas correcciones tipográficas. No así la fuerza de muchos poemas de Baliñas, que el lector ha de buscar entre la espesura. Frescura y creación, por encima de todo.

Ana Baliñas, La virtud del momento. Inventario incompleto (1994-2007). Prólogo de Salvador Castro Otero. Herreruela, La Galbana Pequeña Editorial, 2011.

Venganza

He leído mi periódico de papel de hoy —es decir, atrasado— después de saber por la radio lo de la muerte, asesinato o ejecución, de Bin Laden. Como en la más tonta de las supuestas tramas conspirativas, el periódico trae, como una premonición o preanuncio —de pocas horas— un titular —en la página de Tendencias— que dice "La venganza de Barack Obama", y que se refiere al relajado discurso del sábado del presidente de EE UU en la cena de corresponsales de la Casa Blanca a la que acudió el empresario Donald Trump. La lectura de la crónica de un acto tan insustancial me preocupa tras la noticia de hoy. Venganza. Muerto el perro, se acabó la rabia. La rabia que sentían —añado— de no haberse vengado hasta ahora de los crímenes de un asesino. Así no; y menos en un Premio Nobel de la Paz (¡!). El acto de venganza de ayer es tan trascendente como furtivo; una lástima para la democracia y un considerable repunte en el índice de popularidad de Obama.