viernes, abril 22, 2011

Vicente Núñez por Miguel Casado

Después del primer volumen Poesía y sofismas I. Poesía (Madrid, Visor Libros, 2009), y tras aquella poesía reunida y no completa que fue Plaza octogonal, en edición también de Miguel Casado, apareció este de Poesía y sofismas II. Sofismas (Madrid, Visor Libros-Fundación Vicente Núñez, 2010), setecientas cincuenta páginas de aforismos que van más allá de los límites que se puedan aplicar al género, porque, en combinación entre Núñez y Casado —que coinciden en los apellidos del poeta—, "'Un sofisma no tiene relevancia fuera de su súbita revelación': penetra, desvela, pero no crea teoría, no consolida un discurso, no genera tiempo propio." (pág. 9). Además, van más allá de los sofismas conocidos porque en esta edición se dan unos doscientos inéditos. En los sofismas o fragmentos —en fina precisión de Miguel Casado— pueden encontrarse registros diversos, el humor y el juego, el pensamiento existencial, la voluntad sentenciosa cargada de nihilismo y de utopismo, el recuerdo, un apunte cuyo origen sea una percepción cotidiana, una lectura, una escucha, la contemplación de un cuadro... "En el fondo del fondo sigue estando la forma". "Escribir es eludir". "Todas las posturas a ultranza se estrellan contra la pared del vecino". "Todo el que falla es real". "Pasan dos aves, pasan dos nubes. Nada veo singular". "La palabra es esencialmente ambigua porque es carnal". Por cierto, Araceli Iravedra dedica unas líneas convencidas a esta "feliz iniciativa editorial" en su panorama de Ínsula que el miércoles citaba aquí. Para Iravedra: "La voz de Vicente Núñez parece haber hallado en estos textos mínimos un cauce a la medida de su rebeldía proverbial: su mirada reveladora e insurgente, muy dotada para los desplazamientos del sentido, genera a cada paso sugestivas iluminaciones susceptibles de poner en jaque la estabilidad del pensamiento y conmover críticamente los cimientos de la doxa." Y a propósito del comentario anónimo de abajo —en mi nota de hace dos días— me trae sin cuidado si Iravedra tiene en su cuarto un póster de Brad Pitt; lo importante es disfrutar e ilustrarse con la lectura de obras como la de Vicente Núñez.

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