sábado, abril 30, 2011

La poética de Pureza Canelo

Estuvo ayer cómoda en la Feria del Libro de Cáceres Pureza Canelo, que lleva en su nombre el afán de su poesía poética. Llovió sobre la ruidosa carpa del Paseo de Cánovas y el público acompañó con calidez esta vez las palabras de la autora y de José Luis Bernal, encargado de presentarla. Ya mencioné aquí —cuando lo de A todo lo no amado, el otro libro que ayer se presentó— la aparición de sus Cuatro poéticas (Valencia, Pre-Textos, 2011), de las que habló muy certeramente Álvaro Valverde hace un mes, el 30 de marzo: "Pureza Canelo ha llevado hasta el extremo el despojamiento y hasta lo esencial estos poemas escritos a lo largo de los años. Sigue la máxima de que "el poema sólo se abandona, jamás se termina". Al fondo, el problema de la insuficiencia del lenguaje, la tensión entre no repetirse ni callar ("no escribir es escribir de otro modo"). Y un convencimiento: en poesía, lo que no suma, resta." Yo creo que es uno de los libros más definidores de la poesía de Pureza Canelo, un libro casi creado ex novo que representa muy bien qué es P.C. en poesía. Núcleo, centro o mandorla de su pertinacia literaria. De uno de esos cuatro puntales de su pensamiento poético, Tendido verso, leyó ayer Pureza su carta ("Querido libro"), y hubo entre los presentes quien remató la lectura con un "—Muy bueno". Sí. Y excelente también es la introducción de José Teruel a este volumen de Cuatro poéticas, con un texto de título "De la poesía autocrítica a la autocrítica de la poesía. Cuatro experiencias poéticas", que adelantó en una versión más reducida en Esfera poesía. Homenaje a Pureza Canelo (Almendralejo, 2009) en edición de José Luis Bernal promovida por la Unión de Bibliófilos Extremeños. En estas dos referencias, en la de Teruel y en la del homenaje de los bibliófilos —y, en concreto, en el riguroso trabajo bibliográfico de José Manuel Fuentes García allí—, hay dos certificados de cómo ha crecido la percepción de la poesía de P.C. Y seguirá, pues se anuncia la publicación de su Poesía (1971-2011) en la Editora Regional de Extremadura. Necesaria. Confirmativa. Pero no definitiva. Sea.

viernes, abril 29, 2011

Bodoni y los españoles (I)

El resultado de una pasión valdría también como título para esta entrada que en modo alguno puede dar cuenta de los valores de este libro y de lo mucho aprendido y sentido con su lectura y contemplación. Podría decir, para empezar, que el resultado de una pasión provoca solidaridades como ésta, como estas líneas. Lo primero que hay que celebrar es que esta obra espléndidamente editada y brillantemente concebida llena un hueco importante en el estudio de las relaciones entre España e Italia en los últimos años del siglo XVIII y primeros del siglo XIX, y, en concreto, en las relaciones entre el impresor Giambattista Bodoni (1740-1813) y España.  G. B. Bodoni y los españoles (Salamanca, Instituto Biblioteca Hispánica del Cilengua, Instituto de Historia del Libro y de la Lectura, Museo Bodoniano de Parma, Biblioteca Palatina, 2010) es el título de un ambicioso proyecto dirigido por el profesor Pedro M. Cátedra, que es el que confiesa (pág. 21) que esta obra, y "también la colección Bodoni, es el resultado de una pasión". Una obra concebida en cinco volúmenes, de los que el primero es éste, que contiene un documentado estudio con grandes aportaciones sobre la actividad editorial de Bodoni y sus proyectos de ediciones como la de un Quijote, la de un Homero greco-español, o la italiana de la Oración que pronunció Jovellanos en una junta de la Real Academia de San Fernando en junio de 1781 para la distribución de los premios de pintura, escultura y arquitectura. Un estudio, además, que aborda las circunstancias —epistolario incluido— en torno a la edición parmesana de La comedia nueva de 1796 de Leandro Fernández de Moratín salida de las prensas de Bodoni, que es el único libro editado íntegramente en castellano del catálogo del impresor italiano, y que aquí se da en edición facsimilar (págs. 237-376), y sobre la que convendrá detenerse algo más. Sería muy injusto y poco honesto callarse otros valores de esta obra.

jueves, abril 28, 2011

Las páginas en construcción de Luis Bagué Quílez

Acabo de recibir un libro valioso. Es la edición de la poesía completa de José Antonio Gabriel y Galán, a cargo de Luis Bagué Quílez, que escribe una clarificadora introducción, precedida de unas palabras preliminares de Antonio Gamoneda ("De la serenidad y la muerte"). El título es Último naipe (Poesía completa, 1970-1990) y lo ha publicado la Editora Regional de Extremadura. Pero ahora no me ocupa este libro, que, antes bien, me empuja a no dejar pasar más tiempo para poner aquí mi lectura agradecida de otro, el último de poemas de Luis Bagué Quílez, Página en construcción (Madrid, Visor Libros, 2011), que fue XXV Premio Unicaja de Poesía. El título del libro es también el del blog de Luis Bagué Quílez, a quien el sábado escuché en el programa de Ignacio Elguero La estación azul, en RNE. Leyó algunos poemas, y Javier Lostalé dedicó algunas palabras al libro. La radio me recordó que debía hablar de mi lectura y el correo de hoy me ha traído ya que no hay excusa para posponer unas líneas sobre esta Página en construcción compuesta por veintisiete poemas que, a pesar del título, cimentan y tabican una construcción muy definida, en cinco secciones (Historias. Metarrelatos. Hipótesis. Ensayos. Monólogos) y con el quasi equilibrio de un cálculo de resistencias que se reparte en 5 + 5 + 10 + 5 + 2, lo que cabe interpretar estructuralmente como ese en construcción al que le faltan tres poemas para completar la última serie, la titulada "Monólogos", y llegar así al equilibrio, a la obra hecha, pendiente de la preceptiva cédula de habitabilidad. Título y formación son metáforas de la escritura y de su afán ("De construcción"). Pero el libro de Luis Bagué apunta en sus contenidos hacia lo mismo, hacia la provisionalidad de la vida, hacia la precariedad de lo que está siendo, una circunstancia, una experiencia, un es no es de poesía cívica, con compromiso. Por ahora, dejo aquí que un poema como "Carta de ajuste" no debería pasarse por alto ("Sigue el rastro. ¿Lo ves? / Ya no lo ves. Esa es la lógica / y todo lo demás es relativo."), dada su capacidad para enfoscar —término de la construcción— todos los huecos que pudiese dejar el argumento principal de este libro.

martes, abril 26, 2011

Nieves Concostrina en Letras

© Fotografía de Victoria Hernández
Mañana miércoles 27, a las 11:30 de la mañana, en el Paraninfo de la Facultad de Filosofía y Letras de Cáceres, la periodista y escritora Nieves Concostrina (Madrid, 1961), pronunciará la conferencia "Los perseguidos huesos de San Isidoro". La colaboradora del programa de Radio Nacional de España No es un día cualquiera, dirigido por Pepa Fernández, junto a la que se ve en la foto de arriba, ha elegido un tema suyo, es decir, necrológico; y nuestro, pues mañana se celebra el acto académico por la festividad de hoy de nuestro patrón en Letras, San Isidoro de Sevilla. Así que mañana, a las once y media en la Facultad de Filosofía y Letras, Nieves Concostrina.

Gonzalo Rojas (1917-2011)

"Del cubismo como serpiente", de Materia de testamento (Madrid, Hiperión, 1988).

sábado, abril 23, 2011

La poesía de Andreu Vidal

Conmigo se cumple el propósito principal de este libro, revelar la voz poética de Andreu Vidal (Palma de Mallorca, 1959-1998), que por vez primera se difunde en una antología en español: Huesos de sol. Antología poética, Barcelona, Ediciones de la Rosa  Cúbica, 2010. Es decir, Victoria Pradilla y Alfonso Alegre Heitzmann han sido los responsables editoriales de esta original selección de  poemas, en traducción de Juan Bufill, autor también de una introducción (“Tener el abismo y el poema”), y de notas y aforismos, en traducción de Karen Müller. Toda la poesía de Andreu Vidal se publicó en el volumen Obra poètica i altres escrits (Pollença, Edicions del Salobre, 2000), en edición de Karen Müller y Margalida Pons, al que hay que remitirse para recomponer los libros del autor, sometidos en su montaje por Juan Bufill a nueva planta. Lo que ofrece el editor “nunca lo habría hecho Andreu Vidal”, pues es “componer una especie de dramaturgia abstracta, llevar de un estado de ánimo a otro y establecer relaciones reveladoras, capaces de potenciar los poemas hasta su máxima intensidad.” Bufill es muy honesto al insistir en esta recreación, incluso en el título Huesos de sol ("sabiendo que él posiblemente no habría titulado así un libro suyo"), pero quizá sea demasiada la distancia entre lo que se ofrece ahora y una hipotética voluntad del autor. No sé. Merece más atención un contenido —breve bocado aquí a la espera de una traducción, por supuesto bilingüe, de toda su obra— que, a pesar de su pesimismo argumental, es luminoso. "La perplejidad es el único estado del espíritu del cual no cabe recelar" dice uno de los aforismos de la segunda parte de esta deliciosa edición que me desvela una obra que es como "una luz que curiosea entre las cosas", y que va más allá de su tradición más reconocible (Celan, Nerval, Rilke, Valente, el sufismo, Vinyoli...).

viernes, abril 22, 2011

Vicente Núñez por Miguel Casado

Después del primer volumen Poesía y sofismas I. Poesía (Madrid, Visor Libros, 2009), y tras aquella poesía reunida y no completa que fue Plaza octogonal, en edición también de Miguel Casado, apareció este de Poesía y sofismas II. Sofismas (Madrid, Visor Libros-Fundación Vicente Núñez, 2010), setecientas cincuenta páginas de aforismos que van más allá de los límites que se puedan aplicar al género, porque, en combinación entre Núñez y Casado —que coinciden en los apellidos del poeta—, "'Un sofisma no tiene relevancia fuera de su súbita revelación': penetra, desvela, pero no crea teoría, no consolida un discurso, no genera tiempo propio." (pág. 9). Además, van más allá de los sofismas conocidos porque en esta edición se dan unos doscientos inéditos. En los sofismas o fragmentos —en fina precisión de Miguel Casado— pueden encontrarse registros diversos, el humor y el juego, el pensamiento existencial, la voluntad sentenciosa cargada de nihilismo y de utopismo, el recuerdo, un apunte cuyo origen sea una percepción cotidiana, una lectura, una escucha, la contemplación de un cuadro... "En el fondo del fondo sigue estando la forma". "Escribir es eludir". "Todas las posturas a ultranza se estrellan contra la pared del vecino". "Todo el que falla es real". "Pasan dos aves, pasan dos nubes. Nada veo singular". "La palabra es esencialmente ambigua porque es carnal". Por cierto, Araceli Iravedra dedica unas líneas convencidas a esta "feliz iniciativa editorial" en su panorama de Ínsula que el miércoles citaba aquí. Para Iravedra: "La voz de Vicente Núñez parece haber hallado en estos textos mínimos un cauce a la medida de su rebeldía proverbial: su mirada reveladora e insurgente, muy dotada para los desplazamientos del sentido, genera a cada paso sugestivas iluminaciones susceptibles de poner en jaque la estabilidad del pensamiento y conmover críticamente los cimientos de la doxa." Y a propósito del comentario anónimo de abajo —en mi nota de hace dos días— me trae sin cuidado si Iravedra tiene en su cuarto un póster de Brad Pitt; lo importante es disfrutar e ilustrarse con la lectura de obras como la de Vicente Núñez.

miércoles, abril 20, 2011

El Almanaque de "Ínsula"

Bajo la coordinación de Araceli Iravedra, encargada también de escribir un apretado panorama de la poesía española (“Noticia parcial de la poesía en 2010”), la revista Ínsula ha dedicado el número 771 del pasado mes de marzo al Almanaque 2010, con un repaso por la literatura y los estudios literarios publicados a lo largo del año iluminado con las ilustraciones —ocho en total, incluyendo la de portada— del pintor Luis Gordillo. Santos Alonso trata la “Narrativa 2010”, César Oliva “El teatro del 2010” y Teodosio Fernández aborda “La literatura hispanoamericana en 2010” en lo que se refiere solo a la novela. En cuanto a los estudios literarios se repasan en los trabajos de Alberto Montaner Frutos (“Estudios literarios de literatura medieval”), Luis Gómez Canseco y Valentín Núñez Rivera (“Estudios literarios en torno al Siglo de Oro”), Joaquín Álvarez Barrientos (“Estudios literarios sobre los siglos XVIII y XIX”) y Andrés Soria Olmedo (“Ensayo y estudios literarios sobre los siglos XX y XXI”). Por último, aunque no en este orden en la revista, mencionaré los balances de las literaturas catalana (por Jordi Marrugat), gallega (por Olivia Rodríguez González) y vasca (por Mari Jose Olaziregi), entre los que es destacable el de Marrugat (“Aspectos de la literatura catalana en 2010”) por su contundencia a la hora de denunciar una suerte de raquitismo literario que asusta. Como muestra, este botón del comienzo: “La principal disfunción del sistema literario catalán se encuentra, como en cualquier cultura posmoderna que se precie, en su cara pública más notoria: periódicos y televisiones menosprecian la literatura hasta el punto no de ignorarla, sino, lo que es peor, de crear valores volubles sobre ella sin voluntad de reconocer su importancia. El Avui no ha conseguido ofrecer una crítica literaria: ha preferido liquidarla en un suplemento cultural inclinado a predicar la genialidad de tutti quanti y dar rienda suelta a los tertulianos sin formación ni conocimientos. Algo parecido ocurre en otros medios, como el programa L’hora del lector, capaz de convertir la cosa más viva y apasionante, la literatura, en la más aborrecible —o en mera propaganda. La falta de pensamiento crítico en estos  ámbitos ha creado gigantes públicos que caen por su propio peso.” (pág. 24). Hay más, y autores como Melcior Comes, Sebastià Alzamora, Julià de Jòdar o Joan Margarit no habrán quedado muy contentos.

sábado, abril 16, 2011

Entradas no salidas

Una sobre un libro cuya única importancia fue la novedad que ya no tiene. Otra sobre las escuchas a la entonces presidente del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas. Un paseo avistando grullas entre Garrovillas y Mata de Alcántara. Una nota sobre los crisolines y Manuel Aguilar Muñoz en casa de Tina Bravo. Un disco de Pablo Guerrero. La tentativa de reforma de la plaza de San Juan de Cáceres y del traslado de lugar del quiosco de mi quiosquero, Gabriel. La relación completa de los mineros de Chile. La crítica a La cena, de Els Joglars, que vimos en los Teatros del Canal de Madrid. Un comentario sobre el pan tierno. Varios sobre Cáceres 2016, demasiados. El esbozo de apunte que escribí cuando vi la película de Julián Schnabel Antes que anochezca, sobre la vida del escritor Reinaldo Arenas, con Javier Bardem. Una protesta contra la costumbre de beber en la calle. Una nota sobre el libro de Soledad Carrasco Urgoiti El moro de Granada en la literatura (Del siglo XV al XIX), de 1956, que se reeditó en la Universidad de Granada, en 1989, con un estudio de Juan Martínez Ruiz. El regalo de Carmen por un cumpleaños, que fue un libro que provenía de una almoneda, con un prólogo de Cánovas del Castillo y en cuyas primeras páginas está el relato del principio de un viaje en un vagón de tren, hacia Hendaya, en donde una señora... Una recreación de aquello que atribuyen a Winston Churchill: "Quien habla mal de mí a mis espaldas, mi culo contempla". Otra nota de apoyo a Javier Cercas que titulé Hacer daño y que ahí sigue. El apunte de un sábado 22 que vi en Cáceres a Juan Ramón Santos. Lo del juez Garzón, lo de antes y lo de ahora; tremendo. Unas horas con mi madre en urgencias cuando aquello del H1N1. La letra completa de "Contigo en la distancia". Una entrada titulada Molicie. Otra dedicada a Jesús Torrecilla...

viernes, abril 15, 2011

Ashes to Ashes

El de ayer en Cáceres fue un gustoso y sugerente acto de presentación de un libro. Sigo insistiendo en que, a pesar de las coincidencias en las convocatorias de actos en la ciudad, hay público suficiente para todo. El libro presentado ayer salió hace meses; pero, afortunadamente, su tiempo no ha sido óbice para darlo a conocer públicamente y permitirnos disfrutar de un acto muy bien planteado, muy medido, impecable, como creo que dijo mi amigo Eduardo Achótegui, que apareció por allí como las gasta él en sensibilidad e interés por la literatura. Dos amigos de antiguo como la poeta Ada Salas y el arquitecto y pintor Jesús Placencia se unieron para materializar en forma de libro este homenaje a T. S. Eliot: Ashes to Ashes. Catorce poemas a partir de catorce dibujos a partir de T. S. Eliot. Mérida, Editora Regional de Extremadura (Col. Vincapervinca), 2010. El resultado es un viaje del texto al texto con una estación de paso fundamental en el dibujo, en la imagen, pero con base en el texto. El gesto final de Jesús Placencia al levantarse y brindar el aplauso de los presentes a la imagen proyectada de Eliot fue todo un símbolo.

miércoles, abril 13, 2011

Helena Pimenta, nueva directora de la CNTC

Acabo de enterarme por la radio en El ojo crítico de RNE del nombramiento de Helena Pimenta como nueva directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC). Me alegro. Estuvo con nosotros en dos ocasiones en el curso de verano de la UEX Lecciones de teatro clásico y es asidua del Festival de Teatro Clásico de Cáceres, al que ha traído espectáculos con frecuencia. Helena Pimenta (Salamanca, 1955) es directora escénica. Fue Premio Nacional de Teatro en 1993 y creo que hasta el momento sigue siendo la presidenta de la Asociación de Directores de Escena de España (ADE). Con su grupo UR Teatro, que fundó en 1987, puso en escena memorables montajes de Shakespeare como El sueño de una noche de verano, Romeo y Julieta, Trabajos de amor perdidos o La tempestad, que pudimos disfrutar en diferentes ediciones del Festival de Cáceres. En 2002, y para la CNTC que ahora va a empezar a dirigir, sustituyendo a su amigo Eduardo Vasco, otro habitual del Festival de Cáceres y de nuestro curso Lecciones de teatro clásico, montó La dama boba de Lope. También ha sido responsable de montajes de autores del siglo XX para el Teatro Nacional de Lisboa, el Centro Andaluz de Teatro y el Centro Dramático Galego. En la foto de Yolanda Pérez Lorenzo, del Gabinete de Comunicación de la UEX, Helena es la segunda por la izquierda, entre Inés Rodríguez y Laura Dolfi, acompañada también, por orden hasta la derecha, por mí, por F. Javier Alonso de la Torre, Pilar Mogollón e Isidro Timón, en junio de 2009. Enhorabuena.

martes, abril 12, 2011

De 28010 a 10003 y de 10003 a 28010

He recibido de su autora, Marta Agudo, a quien conozco y aprecio desde hace años —con nuestros escasos encuentros— este libro que Calambur Editorial acaba de publicar en su colección de poesía: 28010. Su colofón es de veintiuno de marzo de 2011 y cuesta poco describir algunos de sus otros signos más externos. El título es 28010, que puede ser dicho de dos maneras principales: veintiocho cero diez o veintiocho mil diez. Prefiero la primera, que es como suelo cantar los códigos postales de Madrid; no así los de Cáceres, como el mío, que siempre digo diez mil tres. Porque el título del libro de Marta Agudo remite al número de una coordenada postal, a la numeración correspondiente de una planimetría urbana; que por eso la cubierta va ilustrada con una obra de Jesús Torné titulada Urban Pattern, otra de las marcas externas destacables. 28010 está compuesto por textos en prosa, poemas en prosa. No en vano Marta Agudo es la autora de una tesis sobre el poema en prosa en España y de una antología, junto a Carlos Jiménez Arribas, de esta forma poética entre 1990 y 2005 (Barcelona, DVD, 2005). Cuatro secciones organizan el contenido (Fonética, Sintaxis, Geografía, Secuencia), y cada una de ellas está conformada por igual número de poemas: once. Ya lo he dicho casi todo. Se trata de un discurso muy introspectivo que desde el principio —"Me llamo Marta"— pone de manifiesto un cierto valor terapéutico y de grupo de la escritura, que permite deletrear el nombre pronunciado, su fonética, recomponer la sintaxis del yo con sus restantes, identificar con un número un espacio para atenuar la angustia: veintiocho cero diez. Intentar, en suma, poner orden a cierta dislocación. Un proceso que Marta Agudo resume y reúne en el primer poema de la última sección, la más inquietante y abierta: "Pronuncio mi nombre: fonética, sintaxis, geografía, pero todo se altera". La secuencia final —quiero comprenderlo así— abre el libro desde el yo más ensimismado, con su santo y seña, a los otros del mundo, a una nueva realidad a través de un lenguaje nuevo, de una nueva construcción que permita sobrellevar una nueva jornada. Sugerente libro cuya brevedad deja el tono sombrío de un final prorrogable. Gracias.

sábado, abril 09, 2011

Ricardo Piglia, Juana Castro, Jordi Puntí, Anna Montero, Víctor Freixanes, Marga do Val, Arantxa Urretabizkaia y Miren Agur Meabe, Premios de la Crítica

Esta mañana se han proclamado en Cáceres los Premios de la Crítica correspondientes a obras poéticas y narrativas publicadas en las cuatro lenguas del Estado en 2010. La experiencia, primera para mí, ha sido muy grata. Uno gusta de este tipo de premios en los que no hay que leer a destajo, sino trabajar sobre libros ya leídos o leer con tiempo otros pendientes. Se siente uno copartícipe de una manera de funcionar con rigor y con seriedad. Me gustó esta mañana que Lluïsa Julià y Àlex Broch me dijesen que la novela del premio en catalán, la de Jordi Puntí, Maletes perdudes, había sido reseñada por Víctor Martínez-Gil en el primer número de nuestra revista Suroeste, que ayer facilité a los miembros del jurado (Ángel Basanta, Fernando Valls, Javier Goñi, Pilar Castro, Carlos Galán Lorés, Àlex Broch, Xelo Candel Vila, Araceli Iravedra, José María Pozuelo Yvancos, José Luis Martín Nogales, Javier Barreiro, Julia Barella, Jorge de Arco, Manuel Rico, Armando Requeixo, Lluïsa Julià, Laura Caveiro, Javier Rojo y Enrique Turpin) por gentileza de sus editores, la Editora Regional de Extremadura y el Departamento de Publicaciones de la Diputación de Badajoz. Una significativa coincidencia, buen ojo. Aunque de opinión poética en esta ocasión, me he alegrado por el premio a Blanco nocturno de R. Piglia, buena novela.

En el aire cada vez más claro

Hay autores, como Philippe Jaccottet (Moudon, Suiza, 1925), en los que son muy visibles elementos tan capitales y reiterados en el proceso creativo como experiencia y trascendencia, acción y reacción o aparición, sentimiento, pensamiento y expresión. En la trayectoria poética de este escritor hay un momento importante en su experiencia de la naturaleza, que, literariamente, se corresponde con su vuelta a la poesía y con la composición de un libro tan eminentemente representativo de su escritura como Aires. Poemas 1961-1964, que la Fundación Ortega Muñoz ha publicado —en 2010— en edición bilingüe en su colección "Voces sin tiempo", dirigida por los poetas Jordi Doce y Álvaro Valverde, y en traducción de Rafael-José Díaz, autor también del prólogo. La distancia temporal entre la primera edición original de esta obra de Jaccottet, que data de 1967, y esta su primera traducción íntegra al español, es directamente proporcional al asombro que suscita su calidad poética, que lleva a afirmar la oportunidad de dar a conocer al lector español los poemas de un autor que tan solo lleva poco más de una docena de años traducido parcialmente al español. Aunque sus devotos lo han leído en francés, creo que su difusión con uno de sus libros principales es todo un acontecimiento en el panorama poético. El punto de partida vital da como resultado un hito poético de extraordinaria relevancia en su carrera, un grado de transparencia admirable, una obra superior, que eleva el discurso poético desde la imagen íntima a la imagen cósmica. "En mi caso, no hay ningún texto que no tenga en su origen esa suerte de emoción particular que es la fuente de toda poesía lírica desde hace mucho", dijo Jaccottet en conversación con Jordi Doce y Rafael-José Díaz, su principal traductor y responsable de esta versión de Aires. "Dans l'air de plus en plus clair", escribe Philippe Jaccottet en su poema “Luna al alba de verano”, cuyo primer verso me apropio para el título de estas líneas. Ese verso expresa mucho del sentido de la poesía de este autor. Como escribe el traductor en su "Nota a la edición", solo desde una extrema libertad, una suma despreocupación y una intensa concentración puede abordarse la traducción de los poemas de este libro de Jaccottet. Solo el propio Rafael-José Díaz puede testificar si logró ese estado; pero el lector parece intuir su consecución, ya que los resultados de su versión son excelentes; quizá por la afinidad con la poética de Jaccottet, y no sólo la de Aires, sino la que se respira en toda la trayectoria del autor suizo. La solvencia de Rafael-José Díaz puede comprobarse en sus versiones de Jacques Ancet, Hermann Broch o Pierre Klossowski... Aquí, en el caso del autor suizo, capta con nitidez la esencialidad del texto de partida e incluso en algunos poemas sugiere a través de reflejos lo que en el original es una clara sonoridad de rimas o unas recurrencias de carácter fónico sutilmente expresivas. No es más que la demostración de cómo la mirada de un lector-traductor se detiene en un texto, y es vida.

jueves, abril 07, 2011

Los Premios de la Crítica en Cáceres

Por primera vez en su más de medio siglo de historia, los Premios de la Crítica se fallarán en Extremadura, en Cáceres. Los jurados, reunidos durante la tarde del viernes y la mañana del sábado, darán a conocer su fallo este día, 9 de abril, en las modalidades de narrativa y de poesía para las cuatro lenguas oficiales del Estado, que es una de las singularidades de estos prestigiosos galardones.

miércoles, abril 06, 2011

De la excelencia

Hace muchos años, un profesor nos ofreció a unos pocos compañeros de clase que habíamos tenido una calificación de sobresaliente en un examen presentarnos a otra prueba para lograr la matrícula de honor. Me negué. En realidad, no sé si llegó a celebrarse aquello y si en el expediente de alguno de mis compañeros de aquel tiempo figura aquella matrícula de honor. Hoy, en el desayuno, he escuchado en RNE a la Consejera de Educación de la Comunidad de Madrid, Lucía Figar de Lacalle, cómo argumentaba esa propuesta de crear un bachillerato de excelencia y ejemplificaba con deportistas de elite como Rafael Nadal, Fernando Alonso o Andrés Iniesta, que para llegar a lo que son han necesitado una preparación especial. Se le olvidaba un detalle, que uno de los citados se dedica a un deporte de equipo, y no se entrena solo, y en su equipo tiene el mismo trato especial, el mismo mimo, la misma consideración que el estudiante excelente en un grupo de veinte compañeros con perfiles diversos. No es preciso contradecir tal comparación para argumentar contra una medida segregadora que es un reconocimiento tácito del fracaso de la educación pública, cuyo fomento sin concesiones sigue siendo la más lacerante asignatura suspensa de todos los gobiernos desde hace décadas y décadas. Me pregunto de dónde saldrá la dotación de esos centros de excelencia, que, sin duda, repercutirá en los fondos dedicados a los que no llegan a un siete en la prueba de nivel y a un ocho en la media de 4º de ESO. Me pregunto —al tiempo que me acuerdo de don Miguel de Unamuno y de su primera nivola— si los profesores de ese centro de excelencia serán excelentes también, y si les harán pasar por alguna prueba de nivel para segregarlos de los otros. ¡Ay! Como todos los días, tras el desayuno, me he ido a clase, y hoy, casualmente, a hablar sobre El doctor Centeno de Galdós, novela pedagógica donde las haya, entre otras muchas bondades. Su protagonista, Felipe, Celipín, Centeno, Aristóteles, "mi héroe", es madrileño de la más pura cepa literaria galdosiana, y aprendió, y mucho, sobre todo, sentido común; pero hoy, con medidas como la referida, sería tan desgraciado como con tan mal maestro como Pedro Polo. No llegaría a nada; no merecería trato preferente; falto de la excelencia. ¡Ay!

martes, abril 05, 2011

Moratín y sus diez espárragos

Ocho espárragos a la plancha, no diez, comí ayer, que leía esta selección de la prosa de Leandro Fernández de Moratín. El responsable es el escritor Alberto Santamaría, que estuvo en Cáceres hace pocos meses, cuando ya mostré interés por la antología. La ha titulado El hombre que comía diez espárragos. Antología de textos en prosa: 1792-1797 (Córdoba, El Olivo Azul, Colección Errantes, 5, 2010), y también me llamó la atención el título. Porque hace años que Eduardo Jordá tituló el epílogo de su edición de las Apuntaciones sueltas de Inglaterra (Barcelona, Ediciones Península, 2003), "Los diez espárragos de Moratín". El caso es que, camino de Turín a Milán, el autor de El sí de las niñas compartió viaje con una singular galería de personajes: "Un genovés sórdido, con su mujer y su hija (horrendas las dos), que en vez de hablar, ladraba, quejándose siempre de la carestía de los comestibles, y de que en las posadas las puertas de los cuartos no tienen cerrojo por de dentro, y, por consiguiente, todo genovés que duerma en ellos está expuesto a ser asesinado. Un fraile, vestido de abate, muy gordo, sudando siempre, hablando de malos partos y destetes y preñados con las mujeres, de quien no se despegó jamás, era padre jubilado en Parma, y se hacía venir el café de Venecia, el vino de Florencia y los salchichones de Bolonia. Una mujerzuela que había hecho campaña en el Piamonte el año anterior con una chiquilla colgando de una teta, la cual chiquilla fue engendrada en Casteldelfino y parida en Asti. […] Un boticario de aldea, vivarachuelo, feo, hablador eterno, que mientras yo me comí diez espárragos nos contó de dónde era, cómo se llamaba, en dónde vivía, lo que le había sucedido en Turín con otro boticario que le quiso casar con una sobrina jorobada que tenía" […] Todo está recogido en los trozos seleccionados por Alberto Santamaría, que compone su antología con las "Cartas de Inglaterra" a Jovellanos, a Juan Pablo Forner y a Juan Antonio Melón; con unos cuantos fragmentos de las Apuntaciones sueltas de Inglaterra, más dos cartas a Godoy, las notas del Viaje a Italia con alguna carta (a Melón) desde allí, y dos misivas más, de 1797, a Gaspar Melchor de Jovellanos, ya vuelto Moratín a España. Me parece muy importante que, fuera de la crítica filológica, se publiquen ediciones como ésta, aunque el antólogo no haya matizado o borrado alusiones como las que hicieron otros de "poeta mediocre" —¿mediocre quien escribió la Elegía a las musas?—, que es uno de esos tópicos tan repetidos como la solapa de este libro promovido por Alberto Santamaría: "Cuando Moratín asistió en Londres a una representación de Shakespeare..." Pero es importante que escritores con su público lector como Alberto Santamaría o, en su momento, Eduardo Jordá, llamen la atención sobre nuestra literatura del siglo XVIII. Contribuyen a que la labor de Belén Tejerina, del llorado René Andioc, de Ana Rodríguez Fischer o de Jesús Pérez Magallón, por citar solo algunos de los que han estudiado concienzudamente las prosas de Moratín, sea más conocida y más valorada. Amén de la propia obra de Leandro. Que, por cierto, está publicada por la misma editorial cordobesa que una novela que estoy leyendo, La krakatita. Una fantasía nuclear (Córdoba, El Olivo Azul, 2010), de Karel Čapek, traducida por Patricia Gonzalo de Jesús, que me ha recomendado mi alumno checo František, y que hasta esta edición estaba inédita en español desde su publicación original en 1924. Perdón por el excurso.

lunes, abril 04, 2011

Amargo

Será la cercanía del centenario, el próximo viernes, de Cioran ("Podemos imaginarlo todo, predecirlo todo, salvo hasta dónde podemos hundirnos"). Será eso, que es más literario. Será que se vive en la guerra. Ni siquiera en su inminencia, en la guerra misma como un estado natural que es el estado de sitio, de excepción y de alarma. Lo demás, lo que queda, es tonta tregua, pausa evasiva en la línea continua del desprecio, el reproche y la envidia, la censura, el vituperio, la violencia contenida y la mala educación. Querer y reír, agradar y acariciar, se convierten en exaltación pasajera, en la fiesta periódica de la algarabía del tiempo. Y el silencio. Según sea. Se prefiere el silencio cuando sería necesaria la palabra; y, sin embargo, la palabra se alza embrutecida cuando lo mejor sería callarse y no levantar la voz. Una mañana vi entrar en una iglesia, después de despedirse de su mujer con un beso, a una presunta mala persona. Pasé triste todo el día.

viernes, abril 01, 2011

Francisco/Rafael/Víctor/Pino/Gutiérrez Colomer/Infantes

Memoria Hispánica (MH) es la marca editorial en la que aparecen las publicaciones de Víctor Infantes con más personalidad. Tras ellas, casi siempre está otro nombre, el del impresor José Manuel Martín, de la imprenta madrileña Gráficas Almeida, responsable del sello Ediciones de la Imprenta, con el que han salido algunas sutilezas de MH & VI como los aguinaldos que aquí se han reseñado. Ahora, Víctor y su cómplice, aunque solo con la firma de Memoria Hispánica, ofrecen dos cartulinas blancas de 215 gramos impresas para la lectura y disfrute de sus amigos. Son laudes con intención visual y gráfica a Francisco Pino (1910-2002) y a Rafael Gutiérrez-Colomer (1937-2005), que son dos voces poéticas fuera de lo ordinario. Víctor Infantes, regaló a sus auditorios estas resueltas exquisiteces sobre F.P. y R.G.-C., respectivamente, un 23 de noviembre de 2006 en el IX Encuentro con las Letras/Taller de Poesía Visual, organizado por el Aula de Letras del Vicerrectorado de Extensión Universitaria de la Universidad de Cantabria, y luego un 20 de marzo de 2007 en el Taller Estable de Poesía Visual y Experimental en homenaje al cántabro Gutiérrez-Colomer organizado por la misma Aula de Letras de la misma universidad, Y cómo no iba a estar en esto Antonio Montesino. Y con Antonio Montesino —a quien bien conozco por fortuna para mí— Ramón Maruri —a quien debería conocer. La original y sugerente presentación de estos ensayos sobre Pino y Gutiérrez-Colomer no debe distraer del interés que ofrece el análisis de Víctor Infantes sobre estos autores. Pone el ojo en su sitio: en la geometría de Pino y en la cinética, fonética y suprapoética poesía de Gutiérrez Colomer. Distrae, es cierto, la presentación de estos ensayos iluminadores; pero solo al principio. Luego se impone el contenido sobre las obras de los dos grandes. Pero distrae, claro. Más que distrae, ilustra, dice mucho de los responsables de esta divulgación. Porque la disposición del texto es en calles y escaques numerados y, además, en pliegos con formas invertidas, de tal manera que el lector debe voltear a Pino para leer a Gutiérrez-Colomer y viceversa. Dos regalos, Bina Obsequia, más o menos. Es de interés.

Victor Infantes, Bina Obsequia. 1. En (el) lugar del verso. Las geometrías poéticas de Francisco Pino. 2. "Alzo el verso esta noche". El ADN poético (de doble hélice) de Rafael Gutiérrez-Colomer. Madrid, Memoria Hispánica, 2011.