domingo, agosto 30, 2009

Mario Merlino en Extremadura, con Ángel

© Gabinete de Iniciativas Transfronterizas.
27 de octubre de 2006, Malpartida de Cáceres. De la Crónica de Ágora. El debate peninsular. O debate peninsular, correspondiente al curso En otras palabras. La traducción literaria entre español y portugués (Mérida, Gabinete de Iniciativas Transfronterizas. Junta de Extremadura, 2007, págs. 102-103):
"Muy temprano, un par de horas antes del comienzo del curso, en otros asuntos, pensaba este cronista en lo ideal del entorno elegido para la segunda y última sesión del curso, el Museo Vostell-Malpartida de Cáceres. Y cosas de vivir y de trabajar los viernes en el cogollo. Plaza de San Juan de Cáceres. Al pasar por la puerta del Hotel Meliá, encuentro a algunos participantes del curso, dispuestos ya para ir a Malpartida. Entre ellos, Miguel Serras y su compañera. Nos vamos en mi coche. No imaginaba yo que un poco antes había sucedido en el hotel algo que iba a incorporarse al contenido de una de las mesas, como anécdota y más allá de la anécdota.
Eran las nueve de la mañana de un viernes luminoso aunque inestable. En el desayunador del Hotel Meliá de Cáceres, Ángel Campos Pámpano, codirector del curso, y Mario Merlino, interviniente esa mañana, director de Vasos comunicantes, la revista de la Asociación Colegial de Escritores y su sección autónoma de Traductores (ACEtt), por separado, recogían los dos únicos ejemplares del diario El País a disposición de los clientes del hotel. Dice la crónica que Ángel Campos Pámpano tomó zumo de naranja, café con leche, una tostada de aceite y algo de fiambres; y que, por su lado, Mario Merlino, café solo, zumo de naranja, una manzana y un croissant. Sé que la crónica, como antaño en Larra, podrá decir misa, pero yo, el cronista, no tengo ni idea de lo que desayunaron, aunque puedo preguntar, a riesgo de que ni ellos mismos se acuerden. Así que... dice la crónica.
Hojeaban el periódico ambos, por separado, cada uno en su mesa, pero una página logró compasarlos y llevarlos a una coincidencia clara. Los dos se quedaron con la página en la que aparecía esta noticia:

UN DISPOSITIVO TRADUCIRÁ LOS MOVIMIENTOS DE LA BOCA A OTRO IDIOMA

Quizá —seguro— los dos traductores pensaron en lo mismo. Primero en lo curioso de la noticia. En segundo lugar en su condición e interés. En tercer lugar, en que ambos iban a un curso de traducción que esa mañana se celebraba en el Museo Vostell de Malpartida de Cáceres. En una mañana luminosa. Ágora Academia. La traducción literaria entre español y portugués. En el curso, La palabra de los traductores, la primera mesa redonda; La traducción en España y Portugal. Balance y horizontes editoriales, la segunda mesa."

En la foto, de izquierda a derecha: Inês Pedrosa, Fernando Pinto do Amaral, Joana Morais, Francisco Belard, José Bento, Eloísa Álvarez, Miguel Serras Pereira, Ángel Campos Pámpano, Mario Merlino, Jesús Munárriz y Ana Belén García Benito. Museo Vostell Malpartida, 27 de octubre de 2006.

Mario Merlino

Ayer fue un día de ocupaciones domésticas, con poco tiempo para la lectura. Si acaso, la del periódico, y muy por encima. Mi madre, que ayer cumplió 86 años, abre siempre el periódico por las esquelas. Yo no llego a tanto, pero casi todos los días me paro a contemplar el estado del obituario de la prensa. Ayer no, y no leí la necrológica de Juan Cruz sobre el traductor Mario Merlino (1948-2009). Ha sido hoy cuando me he enterado al leer en el mismo periódico un texto del poeta argentino Arturo Carrera que comienza: "Era el más genial. El más seductor. El más inteligente de la escuela."
Estuvo en Cáceres en octubre de 2006, y tuve la ocasión de charlar con él. Me pidió un texto para su revista, Vasos comunicantes, que se publicó en el número 37, de la primavera del año siguiente. Un testimonio de aquel encuentro en torno a la traducción. De aquel encuentro de Ágora. El debate peninsular me gustaría recordar luego —en la entrada de arriba— lo que se publicó en su Crónica.
Me afectan estas noticias. Me acuerdo de Ángel Campos Pámpano, y también de Eduardo Naval, sobre el que, a raíz de mi conocimiento de Mario Merlino, escribí algo para este blog y que todavía está en la lista de notas de provisión. Ahora estarán los tres hablando sobre sus traducciones: Lídia Jorge, Fernando Pessoa, Lobo Antunes, Nélida Piñon...

viernes, agosto 28, 2009

Asperges de notas sobre la novela "El espíritu áspero" (II)

—No sé cómo puede despacharse una obra así en una crítica de urgencia —dije.
Yo no me refería a lo de Satorras, pues mi apunte era anterior a la publicación de su nota; me refería, en realidad, a las reseñas hasta el momento publicadas sobre el texto de Gonzalo Hidalgo Bayal, y, sobre mi mejor conocimiento, a las de Pozuelo Yvancos o Domingo Ródenas. Admiro a la gente que lee tan rápido y que es capaz de escribir sobre lo leído con sentido y sabiendo transmitir, como éstos hicieron. Y con esa capacidad de síntesis. Pues lo que verdaderamente me llama la atención es que seamos capaces de obviar tanto de valor en obras de tanta importancia, sólo por la necesidad de dar cuenta de la publicación de un libro. La crítica de urgencia, la de los suplementos literarios —la urgencia en los blogs personales no la comprendo tanto—, cumple con su cometido publicitario; aunque no sea influyente en términos comerciales, según dicen. En algunos círculos imperfectos, es mucho más importante, desgraciadamente, lo que ha dicho el crítico que la novela misma. Leemos a los críticos y no leemos las novelas. Tenemos opinión —que es lo que vale— sobre los textos gracias a lo que han dicho los otros; pero tardamos mucho tiempo en tener opinión propia —si logramos tenerla— por haber experimentado la lectura sosegada de un texto bueno o malo. Ésta debería ser la opinión importante. Sin embargo, se impone la primera impresión, que es la que vale; y, a veces, es la que nos ahorra leer. Véase, si no, el fenómeno Bolaño o 2666, tras su conquista de América. ¿Quién la ha leído? Yo conozco a mi cuñada Eva, que la ha leído bien.
El otro día, en el lejano julio, Luis Merino, el decano de mi Facultad, me decía que un colega suyo, un latinista, le había hablado de esta novela de Gonzalo Hidalgo Bayal, que le había gustado mucho. —En Extremadura —decía Luis que le había dicho— tenéis muy buenos escritores.— Me alegro.

En este sentido

En este sentido [07:30] En este sentido [07:45] En este sentido [07:55] En este sentido [08:10] En este sentido [08:20] En este sentido [08:58] En este sentido [09:23] En este sentido [09:48] En este sentido [10:33] En este sentido [14:33] En este sentido [14:50] En este sentido [15:17] En este sentido [17:10] En este sentido [17:39] En este sentido [22:45] En este sentido [23:21]
No están todas las apuntaciones del mismo día [27 de agosto de 2009]. Son ciertas todas. Las hay dichas —las más— y escritas. Se abra el debate en este sentido.

jueves, agosto 27, 2009

Con Pureza

© Fundación Juan March.
Pureza Canelo en el ciclo "Poética y poesía" de la

Fundación Juan March. Madrid, mayo de 2008

He pasado esta mañana casi hora y media conversando con Pureza Canelo mientras tomábamos un café en un velador de la Gran Vía de Cáceres. (Suena bien la localización; pero no es para tanto). Sí son para tanto la enjundia de la charla y su protagonista. Poco tiempo, sin duda; pero suficiente para volver a confirmar la energía de esta mujer y su pasión, si no inédita, poco vista, excepcional. Su poesía, la de otros —tantos y tan buenos en la Extremadura de los últimos veinte años—, sus proyectos en la Fundación Gerardo Diego, el catálogo de Adonais de próxima publicación —un tesoro—, y sobre el que de inmediato se le ocurre un nuevo proyecto y un envite..., tanto..., pasa en esta conversación apacible que vuelve a la razón del título de un libro, de un verso. Juanramoniana, Pureza es un caso sin parangón entre lo extremeño, ahora que ando con ello, de revisión textual de su propia obra publicada. Hace poco hablaba Álvaro Valverde con justicia de ella. Todo, en un ratito de charla. Pureza había venido a Cáceres a entregar más cajas de libros y documentos de su legado. Con el tiempo, iremos dándonos cuenta del valor de lo que está dejando en un espacio privilegiado en el centro más céntrico de esta ciudad. Al ladito de la Gran Vía. Suena bien.

martes, agosto 25, 2009

Juan Ángel Italiano lee a Antonio Gómez

© Antonio Gómez
Este poema de Antonio Gómez —que tanto gustaba a Ángel Campos Pámpano y que, si no recuerdo mal, tenía en su escritorio pisando algún papel— sirvió de base el año pasado para esta video-acción del poeta visual uruguayo Juan Ángel Italiano en el Encuentro Internacional de Poesía Experimental “Amanda Berenguer” en el Centro MEC Plataforma de Montevideo, en 2008. Gusta ver cómo se lee al poeta más internacional de Extremadura.

sábado, agosto 22, 2009

Simón Benito Boxoyo

Por lo menos hacía tres años que Enrique Cerrillo, profesor de Arqueología, compañero en la Facultad, me venía hablando de su proyecto. Me consta que este trabajo le ha llevado más del doble de ese tiempo. Yo creía que estaba escribiendo una biografía de Simón Benito Boxoyo, el escribano, el pendolista, el historiador local del Cáceres dieciochesco. Sin embargo, luego supe que se trataba de una edición de las Noticias históricas de Cáceres y Monumentos de la Antigüedad que conserva (1794). Pero es más que eso. Es biografía de Boxoyo, es edición con su trabajo textual, sus notas, y es estudio riguroso de la historia y la intrahistoria cacereñas desde finales del siglo XVIII. Es eso y es también un escrito —sólo 75 páginas de las trescientas de este libro espléndidamente editado las ocupan las Noticias…— en el que Enrique Cerrillo muestra su profundo amor por esta ciudad y su cercanía cordial al objeto de su estudio. Son especialmente reveladores los momentos en los que imagina la actitud de Simón Benito al escribir sobre Cáceres; y también la intencionalidad veneradora de las dos citas —de Tomás Pulido y de Ángel Rodríguez Sánchez— que abren el volumen.
El manuscrito de Boxoyo está fechado en 1794 y no se publicó una copia hasta más de ciento cincuenta años después, cuando Miguel Muñoz de San Pedro y Domingo Sánchez Loro lo editaron bajo el título de Historia de Cáceres y su Patrona (1952). La edición de Enrique Cerrillo se basa en la copia que está en el origen del más ejemplarizante testimonio por mantener viva la memoria del que fuera capellán de la familia de los Golfines y autor de estas Noticias: la librería fundada por Jaime Naranjo con el nombre de “Boxoyo Libros” y que tomó como imagen identificativa la lámina del folio 55 del manuscrito que representa la estatua de la supuesta Ceres, que, como señala Enrique Cerrillo, es un togado capite velato (cubierto). En 1998, un año antes de crear la librería, Jaime Naranjo compró en Madrid el manuscrito que ahora ve la luz auspiciado por él mismo como editor (Cicon Ediciones), con lo que cierra un empeño de rescate de la historia local de más de una década.
Los elementos que presentan y complementan este documento son muy destacables. Por supuesto, el estudio sobre Simón Benito Boxoyo y la vida cacereña en el siglo XVIII y sobre la estructura y contenidos históricos de las Noticias; pero también los apéndices con algunos documentos referidos al cronista y con el ensayo de un catálogo bibliográfico de Boxoyo, y los índices onomástico y toponímico. E igualmente el centenar y pico de ilustraciones, con reproducción de portadas de libros, grabados, fotografías procedentes de varios archivos o algunas hechas para la ocasión por Pepe Higuero… Y, por último, la curiosa perspectiva octogonal de Cáceres del grabado de José Manuel González Martínez que remata la cubierta posterior.

viernes, agosto 21, 2009

Pan y cebolla

De vez en cuando, además de la medicación diaria —sólo una dosis variable de anticoagulante con acenocumarol y excipientes—, suministro a mi madre algo de música. Poco. Sé que le gusta, y que le recuerda a aquello que decía mi padre de que quien no aprecia la música no tiene corazón. Esta tarde le he puesto media ración del disco de Serrat dedicado a Miguel Hernández —o quizá mejor, de los poemas que Miguel Hernández dejó para Joan Manuel Serrat— y ha escuchado dos veces las “Nanas de la cebolla” con los subtítulos de su hijo diciéndole que ese poeta rojo murió en la cárcel por culpa de Franco —que le perdonó la vida—, y que desde la madrileña de Torrijos escribió a su esposa, Josefina, en septiembre de 1939, unas coplillas estremecido por saber que su niño Miguelillo y su mujer sólo comían pan y cebolla.
Mi madre me ha confesado que ha sentido ganas de llorar. Luego, ha puesto la tele, y en la tele, un programa, Sálvame, y un concurso, en el mismo canal, la Tele 5, en el que a una concursante le han preguntado cuántos pedos se tira de media un español al día (o al año; no sé). Es verdad.

© El dibujo a carboncillo, como todo el mundo sabe, es de Antonio Buero Vallejo, fechado el 25 de enero de 1940.

jueves, agosto 20, 2009

El Alcalde de Zalamea


DON LOPE: Con Dios os quedad

CRESPO: El mismo / oS GuArdE


(El Alcalde de Zalamea, II, escena XX)

lunes, agosto 17, 2009

El desván de la memoria (I)

Mi desván de la memoria reciente y menos reciente está lleno de papeles, de papeles personales. Son personales porque se refieren a personas. De los papeles íntimos a veces hablo; pero no mucho. Entre los personales hay recortes de periódico, invitaciones de boda, cartas, y algunas anotaciones propias sobre otros que me permiten saber cuándo dijo Pedro Almodóvar aquello de “Yo también sé dar las gracias en español”. Fue la noche del 29 al 30 de enero de 2000 y yo estaba en mi casa con mi amigo Honorio Blasco. Algo que no tiene ninguna utilidad —saber eso, claro; no estar con mi amigo. En el mismo cuaderno en el que anoté esto, en el que buscaba ayer tarde unos apuntes sobre la lectura de un libro de poemas, he encontrado una maldad venial y una recomendación de Tomás Pavón, separadas por meses (hojas). La maldad se refería a una escritora de éxito, sobre la que dijo que hacía “literatura de Eroski”. La recomendación fue sobre el último libro por aquel entonces de Lorenzo Oliván, que no creo que fuese con el que ganó el Premio Loewe, pues quizá no había salido aún. No sé.
La relectura de estos apuntes en los que sale Tomás Pavón coincide con la de dos centenares de páginas de su relato El desván de la memoria que hace poco publicó Del Oeste Ediciones. Resistirme a llamarlo novela traiciona mi teoría del género, que es, naturalmente, la más rompedora, o sea, la tradicional desde Cervantes. Sin embargo, lo que me reprime es la propia actitud del autor, su afán por dar aire de “novela” a un texto por el que debía correr con más soltura el albedrío del anti-género, esta vez sustentado en el relato memorialístico, en primera persona, y en una irrefrenable necesidad de ensayar sobre la vida. Sigue.

domingo, agosto 16, 2009

La alegría de escribir

Es el título de un poema de Wislawa Szymborska, en el que dice:

“Olvidan que esto, lo de aquí, no es la vida.
Aquí, negro sobre blanco, rigen otras leyes.” (*)

En efecto.

(*) Trad. de Jerzy Slawomirski y Ana María Moix.

viernes, agosto 14, 2009

Series memorables

Julia ha escrito en su blog sobre series televisivas preferidas. La otra noche lo comentamos en casa y sólo le salían cuatro, un top 4, que es el que ha puesto (ha post); quizá también porque quería encontrar imágenes para acompañar sus comentarios. Yo he tenido más tiempo para pensar y se me ocurren unas cuantas más, de otra índole, otros perfiles, claro está, que para eso le llevo veintinueve años.
Por orden cronológico, destacaría, en los ochenta, Arriba y abajo y Los Roper, dos series británicas espléndidas. De la primera, un clásico, guardo menos recuerdos que de la pareja de George y Mildred. Canción triste de Hill Street fue una de esas series americanas atractivas que luego han querido imitar, como si la realidad fuese trasladable —que lo es, me dicen algunos. Cheers, con un espléndido Kelsey Grammer, es una de mis preferidas en esta lista de recuerdos. En los noventa, se lleva la palma otra serie extranjera, Doctor en Alaska, que es, de todas las citadas, la primera que me compraría en una edición en deuvedé, por ejemplo. Luego, en fechas más cercanas, aparece la única española, que comparto con Julia, 7 vidas, en sus primeras temporadas; pero también hasta el final, por qué no. Ahí están sus resultados. Y Friends, que también comparto con Julia (y con Pedro, que está puesto en estas cosas). Hasta aquí llego, un top 7. Seguro que hay más. Seguro.

Teorias da Ordem

De haber leído antes el Diccionario de dudas (Madrid, Calambur Editorial, 2009), de José María Cumbreño, habría utilizado estos versos para lo que escribí sobre la poesía de Elías Moro (En piel y huesos. Antología poética 1987-2009, Mérida, Editora Regional de Extremadura, 2009): “Las listas, los inventarios / y las clasificaciones / en el fondo se usan / para no tener tanto miedo.”
El Diccionario de Cumbreño es posterior a estas Teorias da Ordem. Poesia 1998-2008 (Águas Santas, Ediçoes Sempre-em-Pé, 2008) que me han llegado hace poco de su parte. Es una antología de textos de sus libros traducida por Ruy Ventura, “una de las voces más interesantes de la última poesía portuguesa”, en palabras de Antonio Sáez. Lo singular, además, de esta antología bilingüe es que resulta casi un nuevo libro del autor y materializa una idea literaria obsesiva en él. Porque Cumbreño anda a vueltas con el orden desde —digo yo que al menos— su libro de ¿cuentos? De los espacios cerrados (2006) y volvió con sus teorías en el Diccionario, y ahora quiere que creamos que ha perdido la cabeza, que empuja donde dice TIRAR, que es un desobediente reflexivo. Entonces, por eso, nos ofrece ahora una antología que comienza con el primer poema del libro de 2008 (Estrategias y métodos para la composición de rompecabezas), luego mezcla textos en prosa de los ¿cuentos? de 2006, sorprende de pronto con un poema de su primer libro, Las ciudades de la llanura, vuelve a De los espacios cerrados, sale uno de Un árbol sin sombra, un libro de poemas de 2003, y sigue con otros poemas de lo último, para cerrar con un poema titulado “Demoliciones” de Estrategias… En fin, uno de esos despropósitos bien pensados que gusta. No había visto cosa igual. Y, claro, el poeta se deja querer, y no advierte en qué consisten estas Teorías del orden a la portuguesa; y tengo que ser yo el que advierta estas cosas. Un placer; porque lo que viene escribiendo Cumbreño desde hace ya unos cuantos años es inteligente e interesante. Y me consta que va a seguir próximamente dando muestras de ello. Sea, pues.

miércoles, agosto 12, 2009

Lectura de verano

Esta mañana, en la Facultad, he visto este anuncio. Parece mentira el efecto que provoca una falta de ortografía en quien la nota. En este caso, deshace la función del anuncio. Y más. Puede ser alguien que ha superado el primer curso de esa carrera. Puede ser alguien que ha superado el primer curso de esa carrera y que no va a volver a utilizar sus libros. Puede ser alguien que ha superado el primer curso de esa carrera, que no va a volver a utilizar sus libros y que los ha usado poco. Puede ser alguien que ha superado el primer curso de esa carrera, que no va a utilizar unos libros que ha usado poco y que confunde valor y precio. Pero lo de "extrenar"... Por eso he ocultado, no sin torpeza, el número de teléfono. Lo siento.

domingo, agosto 09, 2009

Manuales de instrucciones

Javier Gil y Miguel Fernández me han enviado los primeros cinco números de la colección de pliegos Manuales de instrucciones (Madrid, Fundación Inquietudes, 2009), que lleva la nota extraordinaria de “Publicación gratuita para la difusión de la poesía”. Los cinco números son, en realidad, seis pliegos, pues el dedicado a Eduardo Milán está formado por dos entregas, una con poemas del uruguayo, introducidos con una nota de Antonio Méndez Rubio y nociones de interés sobre la búsqueda o la resistencia en esa poesía, y otra con una conversación del poeta con Laura Giordani, Arturo Borra y Víktor Gómez, que forma parte de una serie de entrevistas (Entre escuchas, pérdida) a autores esenciales de la poesía actual escrita en español. En el blog de Julio Mas puede leerse una reseña de la colección.
Respondo, en primer lugar, con el juego de aportar al lector las instrucciones para manejar estos manuales de instrucciones. Se trata de pliegos apaisados de DIN A-3 doblados en fuelle tres veces y una desde la horizontal, lo que resulta un formato aproximado de presentación y archivo de 15 x 10,5 cms —dieciséis páginas. Deshecha la última de las dobleces, se muestra entera la portada del pliego, en dos niveles verticales. Basta ahora con abrir el fuelle, de izquierda a derecha, para leer las seis primeras páginas —más las dos de portada— dispuestas en dos pisos de tres. Dada la vuelta al pliego, pueden leerse en la misma disposición de dos tandas horizontales las ocho páginas restantes.
En estos seis apreciados pliegos hay razones para el goce de un lector de poesía y mucha militancia en esta pasión confusa. Militancia, sí. Todos los pliegos de la colección ofrecen novedades estupendas. De los trece poetas italianos contemporáneos que difunde Eloy Santos, sólo a Giovanna Sicari —que no sabía muerta en 2003— conocía por la antología de Emilio Coco en SIAL (El fuego y las brasas, 2001). Lección de poesía y vida la de Eduardo Milán. Otro agradecido encuentro con los tres poetas argentinos de María Salgado que se dan la mano en sus figuras (Masco, lampiño, Rodríguez). Y la militancia de los antihaikús de Jesús Ge introducidos por Pedro Montealegre y de los sugerentes textos (Trabajos de purificación) de Miguel Ángel Curiel con nota de otro militante, Víktor Gómez.
Los promotores de esta idea, encima, están dispuestos a mandar a quien interese ejemplares de su colección. Me alegro, y les agradezco el rato de lectura.

jueves, agosto 06, 2009

Juan Vicens, Tomás Navarro Tomás, Teresa Andrés, Jordi Rubió, María Moliner... Bibliotecarios... Y Millares Carlo, Juana Quílez y Rodríguez-Moñino

“El Gobierno de España nunca ha reconocido a uno de sus más leales empleados”, se dice sobre Tomás Navarro Tomás en este espléndido documento escrito y dirigido por Blanca Calvo y Ramón Salaberría. Merece la pena dedicar poco más de media hora a ver este video que la Biblioteca Nacional tiene desde su página web y que formó parte de la exposición Biblioteca en guerra realizada entre noviembre de 2005 y febrero de 2006. Se aprende mucho. Con tristeza y desencanto, sin embargo. Tristes armas si no son las palabras…

martes, agosto 04, 2009

Orthez

El otro día, el último lunes de julio, pasamos cerca de esta ciudad de la región más occidental de Francia, Aquitania, en el departamento de los Pirineos Atlánticos, próxima a Pau. A Orthez dediqué un pensamiento a ciento treinta kilómetros por hora. Pensé en un poeta querido, Nicasio Álvarez de Cienfuegos (1764-1809), que murió allí enfermo de tuberculosis a los pocos días de cruzar la frontera con la pena del exiliado de su patria. No se conoce su tumba, no hay inscripción alguna…, donde habite el olvido; tampoco, como se lamentaba José Luis Cano al introducir sus Poesías en los Clásicos Castalia, se conserva ningún retrato.
Se han cumplido este verano los doscientos años desde su muerte y ando, también a salto de mata, escribiendo algo sobre su poesía, que es de lo más interesante del primer romanticismo español. Estoy en ello y me acuerdo también de dos poetas del siglo XX, importantes: Jaime Gil de Biedma, que tituló un poema con otro de Nicasio, y José Luis Hidalgo, por lo del sentimiento de la muerte.

lunes, agosto 03, 2009

Jazzaldia

© CMD

En San Sebastián —qué ciudad— fuimos el viernes 24 de julio a los conciertos en la Trinidad del saxofonista Joe Lovano, acompañado por cuatro músicos jóvenes, entre los que estaba Esperanza Spalding al contrabajo, que había tocado el día anterior en el mismo escenario como artista principal, y, luego, de Roy Haynes, el baterista que ha sido este año Premio Donostia. Teníamos entradas para el concierto de João Gilberto, pero se suspendió —incidencia de poca difusión para los que íbamos de fuera. Me he traído un disco de Lovano de 2004 y los cuatro suplementos especiales sobre el Festival de Jazz publicados en El Diario Vasco y que, sueltos, podían recogerse todos los días a las diez de la mañana en la recepción del hotel.
El viernes mereció la pena esperar hasta las doce de la noche para escuchar en el Teatro Victoria Eugenia el concierto de más de dos horas del pianista Abdullah Ibrahim y su prodigioso grupo —Ekaya— de un contrabajista, un batería y cuatro excepcionales músicos con un trombón y saxofones que lograron mantenernos airosamente receptivos después de toda una jornada de vivir la ciudad en la que ese mismo día estaba —allí al lado— Bruce Springteen, que actuaba el domingo en Bilbao.
No siempre tiene uno en vacaciones, aun con eso, ocasión de disfrutar con tantos sentidos a un tiempo y en tal alto grado: el oído puesto en el jazz, el gusto en la comida vasca, la vista en la arena de la Concha y en el cielo azul desde el Urgull, en todo, el olfato en el mar y el tacto de lo más íntimo.

domingo, agosto 02, 2009

Recuerdos de un anciano

“El estilo alambicado, y un porfiado interés de purismo, con derivaciones casi continuas, que pretenden ser aclaratorias o complementarias, hacen que, con querer ser tan claro, se hace confuso con bastante frecuencia y alarga el escrito. A mí me irrita algunas veces. Luego, como esto es una recopilación de artículos, resulta que hace alusión a algunos hechos referidos en otros artículos que no están incluidos aquí y se pierde el hilo.” Ésta es la anotación manuscrita del propietario del ejemplar que tengo de los Recuerdos de un anciano de Antonio Alcalá Galiano (1789-1865) en una edición de Espasa-Calpe argentina de 1951 con prólogo, fechado en octubre de 1949, de Julián Marías. Se trata de una selección de la obra y de un ejemplar incómodo de leer y bastante deteriorado, resto de un rescate de un lote de libros que iban a tirar a la basura.
A Alcalá Galiano dedicó el Duque de Rivas su Don Álvaro o la fuerza del sino, en memoria del tiempo del exilio francés. De él escribió Alberto Gil Novales en Las Sociedades Patrióticas… (1975): “Yo no tengo de Alcalá Galiano el alto concepto liberal que habitualmente se tiene, difundido astutamente por él mismo y recogido después por otros escritores. Hombre de talento indudablemente, y de talento oratorio especial, su política tenía dos finalidades: su propia popularidad y poder, y sembrar confusionismo, dividir a todo el mundo con apariencias de patriota, acercándose, eso sí, sutilmente a quien detentaba el Poder, con mayúscula.” Experimentó una evolución ideológica que fue vista por la derecha española del siglo XX como la lógica salida de una afección maligna y escribió varias veces sus memorias, aunque sólo los Recuerdos de un anciano vieron la luz en vida del autor. La primera vez que aparecieron en volumen fue en 1878 y en las Obras escogidas de la BAE están también estos jugosos Recuerdos que empiezan en 1802 y terminan en los años de la emigración. Yo no conocía edición más moderna completa de ellos hasta ésta que ha publicado —el colofón es del 2 de mayo de 2009, “201 aniversario del levantamiento del pueblo de Madrid contra el ejército de Napoleón Bonaparte”— Editorial Crítica en su espléndida colección “El tiempo vivido”, y que compré hace un par de semanas. Ahora leo cómodamente estas reflexiones de su tiempo de un hombre que fue protagonista de una época excepcional.
La edición, como digo, es muy agradable, generosa en el cuerpo de la letra, elegante de diseño, perdurable por el cartoné con guardas à la mode, en una colección que ya ha publicado otros textos fundamentales del XIX, de Espoz y Mina, de Mesonero Romanos, de la Duquesa de Abrantès…; sin embargo, sigo sin ver con buenos ojos esta forma de evitar la ‘erudición’ que se nos impone al despojar a este tipo de ediciones tan necesarias y oportunas de todo aparato que suene a exposición plúmbea del conocimiento. Yo no hablo de ediciones críticas; pero, al menos, un índice onomástico, un prólogo firmado, una orientación bibliográfica… Aunque sólo sea eso para el que fue, según el editor, “el mejor libro de memorias escrito por un español en el siglo XIX”.

Operación Retorno

Ayer, desde las ocho y media de la mañana, vivimos la 'Operación Salida' desde la perspectiva del regreso. De Girona a Cáceres. Once horas de viaje por carretera dan para sentirse implicado en las noticias del tráfico y para testificar sobre lo que se escucha por la radio… Con todo lo que se ve, ayer fue una jornada tranquila, salvo el descerebrado que adelantó convencido de que yo me abriría al arcén, y acertó el descerebrado.
Después de haber parado para picar algo en ‘El Navarro’ de Épila (famosa), avistamos, cerca ya de Calatayud, el humo de lo que ha sido un incendio de un pinar en la zona de Valtorres. Las noticias dan el inicio en torno a las tres de la tarde; pero la foto de Carmen está tomada a las 13: 45. La A-2 que nosotros llevábamos estuvo cortada luego durante media hora; y he creído escuchar que la Guardia Civil ha detenido a dos individuos. El fuego ya está controlado.