domingo, diciembre 21, 2008

La cena de los generales

El otro día me llegó una tarjeta de José Luis Alonso de Santos con su felicitación para estas fiestas de Navidad. Venía acompañada de un regalo que estimo: el libro sobre el montaje de su obra La cena de los generales, dirigida por Miguel Narros y producida por Celestino Aranda (Producciones Faraute). Incluye el texto, tal y como se publicó en el volumen 2 de su Obra teatral (Madrid, Editorial Castalia y Ayuntamiento de Valladolid, 2008) —incluso con las mismas erratas—, y las fichas personales de todos los actores, desde Sancho Gracia (El Maître) y Juanjo Cucalón (El Teniente) hasta Candela Arroyo (María) y Ana Goya (La Chef suplente), las fichas del equipo artístico, y también unos textos presentativos del director, del productor, del autor..., entre los que destaco el del ayudante de dirección, Luis Luque, que pone el punto más intraescénico de todos.
La obra se estrenó en el Teatro Lope de Vega de Sevilla en octubre de 2008, y bien que lo sé. Porque meses antes me lo dijo el mismo José Luis Alonso de Santos en Cáceres, cuando acudió al Curso de Verano de la UEX “Lecciones de teatro clásico (I). Texto y representación en el teatro español del Siglo de Oro”. Los que no acudieron, y no avisaron, fueron Miguel Narros y Celestino Aranda, a quienes también invité con el deseo de que disfrutásemos de su experiencia en una mesa redonda que al final no resultó mal. Hablé con Celestino cuando estaban con los ensayos de esta obra. Lástima que, después de prepararlo todo, de anunciarlo, de reservar hotel, no viniesen a Cáceres.
No he podido verlo aún, pero el montaje tiene muy buena pinta. Sobre todo, con un texto difícil para ser puesto en escena, en la que hay que mover a docena y media de actores. Y es que el texto, que se escribió hace más de diez años, funciona muy bien, como todo lo de J.L. Alonso de Santos, que sabe lo que se trae entre manos. La escena es en el Madrid de abril de 1939, o sea, la capital del dolor de una España dividida que se representa en los fogones del Hotel Palace, donde los camareros son afectos al “glorioso ejército nacional” y los cocineros anarquistas, socialistas, comunistas, son presos que sacan de la cárcel durante unas horas para dar una cena a Franco y a sus generales. La cena de los generales. Tiene doce escenas con título, como los actos del Tenorio, una bandera, una boda, unos novios con una cocina como altar y los bajos de las pilas de un fregadero como futuro, un teniente feble, un cura republicano, un cocinero Nando (verduras) que canta zarzuelas...; y tiene esa lectura alegre del sufrimiento, amarga al cabo, por mucho que se quiera ver en esto un ejemplo de reconstrucción desde la destrucción y la derrota. Amarga, al cabo, como la historia. Por mucho que... Amarga.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿La rebelión fue un mensaje?
Ultraje.

¿La guerra justificada?
Burrada.

¿La dictadura un honor?
Horror.

Se resume así el pillaje
de Franco y sus generales,
sus pecados capitales:
horror, burrada y ultraje.

Anónimo dijo...

He visto la obra en "la Solana " y me encantó. Hay muchisimo talento en todos los que trabajan en ella (actores, director...). Me gustó muchisimo.