jueves, octubre 30, 2008

Amadís

Tal día como hoy, un 30 de octubre de hace 500 años se terminó de imprimir el Amadís de Gaula, o sea, Los cuatro libros del virtuoso caballero Amadís de Gaula, en la imprenta de Jorge Coci en Zaragoza, reescritos por Garci Rodríguez de Montalvo.
En Madrid, en la Biblioteca Nacional, hasta el 18 de enero de 2009, puede contemplarse el único ejemplar, conservado en la British Library, que existe de la edición zaragozana de uno de los libros de caballerías más representativos del género, junto a otras joyas bibliográficas. En la exposición Amadís de Gaula, 1508: quinientos años de libros de caballerías y en la magnífica página que permite una visita virtual y la consulta de materiales didácticos.

miércoles, octubre 29, 2008

Badajoz y la Guerra de la Independencia

Mañana jueves, 30 de octubre, a las 20’30 horas, en el Salón Principal de las Casas Consistoriales de Badajoz (Plaza Alta), se presenta este libro, coordinado por Miguel Rodríguez Cancho, en el que hemos colaborado la alineación de un equipo bien avenido, con un entrenador de amable fuste. Once autores, pues.
Ricardo García Cárcel, Alfonso Rodríguez Grajera, José Pablo Blanco Carrasco, Juan García Pérez, Alberto González Rodríguez, Eduardo García-Menacho y Osset, Mª Dolores Herrero Fernández-Quesada, Miguel Ángel Lama, Miguel Ángel Melón Jiménez, Mª del Mar Lozano Bartolozzi y Fernando Sánchez Marroyo.
La edición la patrocina el comité organizador de los actos conmemorativos del Bicentenario de la Guerra de la Independencia que aglutina el Excmo. Ayuntamiento de Badajoz, quien acoge mañana el acto. Un acto del que espero salga un compromiso de difusión y distribución de una obra que merece la pena —salva sea mi parte— que esté en el mejor de los lugares dentro de la historiografía reciente sobre lo que se conmemora.
Yo me desmarco, en el mejor de los sentidos, entiéndaseme. No podré estar. Es que tengo entradas sacadas para un concierto memorable. El de Kroke en el Gran Teatro de Cáceres, mañana también, a las 21’00 horas. Impresionante. Espero dar cuenta aquí.

Merino

Hoy he tomado café a primera hora de la mañana con un compañero de Historia Moderna, que es lo mismo que decir un damnificado por la lamentable situación que está generando en la Facultad la gestión de la reforma de los planes de estudios. Había poca gente en la cafetería, e incluso el personal que la atiende andaba algo perdido. Con razón. Ayer murió uno de ellos, Paco Merino, a los 56 años. A Manolo, un compañero suyo, que se marchaba al funeral, le hemos transmitido nuestra condolencia y nuestra excusa por tener clases.
Merino nos ha servido, a lo largo de estos años, muchos cafés, muchos menús, más de una cerveza, y también ha compartido con algunos, entre los que me cuento, mesa y mantel en cenas navideñas.
La situación de esta mañana era, sin duda, extraña. Cuando uno sólo conoce al finado ha de recurrir a los más accesibles entre los cercanos a él —en ese momento, un compañero de trabajo— para expresar su pésame. Más especial aún fue lo que viví ayer mismo a las siete y cuarto de la mañana en la acera de una calle de Cáceres, San Francisco. Al pasar por el portal —¿el número 2?— de un edificio, vi a una mujer vestida de oscuro que salía acompañada de otras dos, y a la derecha, sobre la batería de coches aparcados, una furgoneta de servicios funerarios dispuesta a arrancar. Ya en la Facultad, anduve en mis cosas, di una clase y recibí la noticia de que Merino había fallecido de madrugada. Vivía en la calle San Francisco de Cáceres; creo que en el número 2. Era él a quien vi tan temprano. En cierto modo, sin saberlo, me despedí de él. A la misma hora en que conocí, sin saberlo, a sus dolientes. Descanse en paz.

martes, octubre 28, 2008

Asperges de notas sobre la novela PARADOJA DEL INTERVENTOR (XXI)

La diferencia que hay entre el escenario inaugural de Paradoja del interventor y el de Si una noche de invierno un viajero, de Italo Calvino —que es una de las novelas más mías de las que he leído en toda mi vida, incluso después de Paradoja del interventor—, es que en el texto de Gonzalo Hidalgo Bayal no hay más que tres personajes en la cantina cuando llega el interventor una noche de noviembre: el camarero y dos clientes. Sin embargo, en la obra de Calvino hay unos cuantos jugadores en las mesas, varios clientes en la barra e incluso un gato que arquea el lomo y una cajera con una caja registradora que hace tlin; y, además, un barman viejo, no como el muchacho que se aburría detrás de la barra de la novela de Gonzalo.
Pero... “La novela comienza en una estación de ferrocarril, resopla una locomotora, un vaivén de pistones cubre la apertura del capítulo, una nube de humo esconde parte del primer párrafo.” (Italo Calvino, Si una noche de invierno un viajero, en traducción de Esther Benítez). Y hay unos vidrios empañados que en Paradoja del interventor son unos cristales sucios y descascarillados. Hay, además, una correlación entre la locomotora y la máquina de café en las dos escenas, tanto la del de Higuera de Albalat como la del de Santiago de las Vegas […]
Para ese género de obras tan útiles como entretenidas que son los diccionarios de términos literarios, propondría la consideración de voces como eco o atmósfera (literarios), para definir una suerte de reminiscencia textual que va más allá de la compleja, lejana e incluso desprestigiada intertextualidad. No sé si, incluso, llevaría a la P del diccionario la palabra que representase la genialidad del escritor que sabe leer para escribir y proponer una lectura como hace Gonzalo Hidalgo Bayal. La palabra: paradoja, que no tiene entrada principal en el DRAE.

Nota bene
:
Empecé a escribir aquí sobre Paradoja del interventor, de Gonzalo Hidalgo Bayal, en el verano de hace tres años, y mi último comentario en este sitio fue de agosto de 2006, después de una veintena de anotaciones de lectura libérrima y apasionada en asperges: I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII, IX, X, XI, XII, XIII, XIV, XV, XVI, XVII, XVIII, XIX, XX.

sábado, octubre 25, 2008

Responsable, no culpable

Estoy convencido de que Gaspar Llamazares, que al irse de la coordinación de Izquierda Unida ha dicho que se siente responsable, pero no culpable, no ha reparado en que esa frase tiene su historia, siniestra historia.
“Me siento responsable, pero no me siento culpable, sencillamente porque no soy culpable” dijo, en su alegato en el juicio de 1985, el otrora temible Almirante Emilio Massera, jefe de la Armada y componente de la junta militar argentina —en la foto, el primero por la izquierda, junto a Jorge Rafael Videla y Orlando Agosti—, condenado, después de avatares, por delitos contra la humanidad.
La abismal diferencia de los contextos no alivia el malestar por la lamentable coincidencia, que un mismo medio ha propiciado. Hoy, Radio Nacional de España divulgaba las palabras de Gaspar Llamazares en los informativos y, posteriormente, en un espléndido espacio documental sobre Argentina, ponía un corte sonoro de aquel juicio.

martes, octubre 21, 2008

En la raíz de la palabra

Qué mejor sitio que Oviedo para leer, desayunando, lo que traía la prensa sobre la presentación en Madrid el pasado jueves de esta obra de una asturiana como Olvido García Valdés. El título Esa polilla que delante de mí revolotea proviene de un poema de caza nocturna (1997) por el que ronda la incertidumbre, la enfermedad, el tiempo... Poesía reunida (1982-2008), Barcelona, Círculo de Lectores y Galaxia Gutenberg, 2008.
Había dejado antes de marcharme algunos apuntes sobre esta magna edición de su poesía, y los retomo ahora, como hago con la lectura completa de los primeros textos, los que fueron desde 1982 a 1989 (El tercer jardín, Exposición) y que ahora se recogen bajo el título de La caída de Ícaro, el de un díptico en el que se reconocía parte de la mirada posterior de Olvido.
Me suena haber hablado en otro momento sobre Olvido y su sincretismo poético —por pensamiento y emoción— y, también, esa voluntad de fundir experiencias diversas de conocimiento y de expresión artística, o no, de la realidad. La lectura sobre una obra de arte o la de un gesto del artista, o la interpretación precisa de una actitud o una palabra cotidianas que generan el poema. O, claro está, la contemplación. De los árboles, por ejemplo.
“Escribir notas de poética sólo sirve para señalar en qué dirección miramos cuando hablamos de poesía”. Así abre Olvido el apéndice de esta edición que incluye algunos textos sobre o “De la escritura”. Contiene algunas reflexiones antiguas, otros textos promovidos por lecturas poéticas o el más reciente “Después de Y todos estábamos vivos”. Son esos textos sobre los que algunos escritores se excudan y que a mí casi siempre me parecen soberbios y con profundidad. Por eso, el final de la lectura de este espléndido volumen termina tan en lo alto: “De la intimidad y el exterior, o en los bosques moramos”.

lunes, octubre 13, 2008

La época de Carlos IV (1788-1808)

Organizado por el Instituto Feijoo de Estudios del Siglo XVIII y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, el próximo miércoles 15 de octubre comienza el IV Congreso Internacional de la Sociedad Española de Estudios del Siglo XVIII bajo el título de La época de Carlos IV (1788-1808). Se celebrará en Oviedo —las jornadas del miércoles y el viernes 17, que es la de clausura— y Gijón —el jueves 16—, y contará con conferencias plenarias de Carmen Iglesias, Nigel Glendinning, Josep Maria Sala Valldaura, Inmaculada Urzainqui, José Luis Peset y Emilio La Parra, y casi un centenar de comunicaciones organizadas en secciones o salas de temática diversa, como Inquisición, Instituciones, Mujeres, Poesía, Pensamiento, Teatro, Economía, Educación... Toda la información puede encontrarse aquí.
Será una más que buena ocasión para el encuentro con colegas y amigos; entre ellos, alguien especial a quien se rendirá un merecido homenaje al cierre de la jornada del miércoles: Francisco Aguilar Piñal.

miércoles, octubre 08, 2008

Cadalso

Obviaré los libros, los papeles y todos los nombres que sugieren esos papeles y esos libros que andan por mi mesa; y me quedaré sólo con todos los que aluden a quien hoy cumple años después de muerto. José Cadalso. 267 años desde que nació en Cádiz un 8 de octubre de 1741. Murió en Gibraltar en la noche entre el 26 y el 27 de febrero de 1782.
Después de llevar tanto tiempo con él, haber leído todo lo que escribió, hablando en clase de él (mis alumnos saben lo de las Noches lúgubres, lo de esa espléndida novela que es Cartas marruecas), trabajando ahora para poner en orden unas notas para una reunión de dieciochistas, y todo lo que me queda, afortunadamente, para defender su poesía en su sentido histórico, no podía dejar pasar este día sin hacer una mención a que un 8 de octubre José Cadalso, el autor de los Ocios de mi juventud, comenzó a existir. Por poco tiempo, pues murió, después de haber escrito algunas cosas memorables por modernas en su tiempo, herido de una granada en Gibraltar a los cuarenta años.
“La buena poesía es la piedra de toque del buen gusto de una nación o siglo”, escribió en la LXXVIII de sus Cartas marruecas publicadas póstumamente en 1789.

martes, octubre 07, 2008

Mensajería urgente

Para los que trabajamos también fuera de casa. Las probabilidades de que nos llegue un envío por mensajería urgente el día previsto son muy reducidas. Llegar, llega. El primer día llega una nota de aviso que uno puede encontrar en el suelo de su portal o pegada en algún lado visible —y dado el caso, cuesta luego quitar los restos del adhesivo. Ese mismo día uno llama y pide perdón por no haber estado en casa. Al día siguiente, vuelve uno a encontrar la misma nota. Y poco después vuelve a llamar para repetir que el mejor momento para la entrega es durante las horas de la tarde. Y aquí viene un caso real:
—Es que por la tarde, el repartidor no puede; está ocupado con las farmacias.
—¿...?
—¿Conoce usted a C., el del mesón?
—Sí.
—Pues ahí se lo dejamos. Deje usted el dinero.
Y gracias a esto tengo en casa tres libritos que pedí a una editorial que el mismo día los puso en el coche de postas. Me consta.
Otro día cuento cómo tuve que ir de una a otra gasolinera por un paquete. El móvil fue el mismo: una nota de aviso.

domingo, octubre 05, 2008

Otoño fotográfico

Me llega de Pedro Casero, un entusiasta que lleva más de veinte años impulsando actividades en torno a la fotografía, el programa del OTOÑO FOTOGRÁFICO EN EXTREMADURA 2008, que es aquella experiencia bisoña de convocar un certamen desde la Facultad de Ciencias de la Universidad de Extremadura convertida ahora en una propuesta con otro empeño.
El próximo miércoles 8 de octubre se inaugura el OFE’08 con una conferencia de Rafael Levenfeld y Valentín Vallhonrat sobre Luis Ramón Marín y su época, ese fotógrafo que se nos expone en el MEIAC hasta el 9 de noviembre. Ellos abren una serie de muestras fotográficas de interés, entre las que cabe destacar esa manera de buscar la instantánea y la intemperie con 123 fotos en escaparates de comercios y bares de la ciudad, y con las lonas que colgarán de fachadas de edificios significados de Badajoz.

viernes, octubre 03, 2008

Literatura fascista española


Para Martín, que me ha dejado
un comentario en mi entrada del 15 de septiembre
sobre Paco Espinosa y El País, ahí va esto,
escrito desde hace semanas
y no publicado aún.


A mis 46 años... (perdón). A sus 85 años, mi madre sigue dándome un dinero por mi cumpleaños para que me compre algo. Este agosto me compré con su dinero los dos volúmenes de la nueva edición de la Historia de la literatura fascista española de Julio Rodríguez Puértolas (Madrid, Ediciones Akal, 2008). No puede decirse que sea un hallazgo, dada la edad de la obra (1986); pero sí que lo fue desde que me enteré de que Akal la había reeditado. Me perdí en su momento la atmósfera que en los medios generó su publicación; y ahora, al parecer, también me pierdo algo, porque no he visto mucho escrito sobre esta reedición que incorpora una interesante crónica de lo que fue la primera edición (ver el “Prólogo a la segunda edición” del autor, y, sobre todo, el “Epílogo a la segunda edición”, de César de Vicente Hernando).
El problema (?) de esta Historia de Rodríguez Puértolas, que siempre he estimado como un interesante testimonio descriptivo, está en el centro de su título: literatura fascista. Si uno reconoce su valor en lo que tiene de testimonio, recuento, ensayo histórico, se topará con la fragilidad del concepto, en muchas de sus páginas, tal y como aquí se utiliza, de literatura; y con lo mismo para el de fascista. Sobre todo en lo referido a la época posfranquista. El ejemplo reciente de Jiménez Losantos y de las obras que se citan es ilustrativo, tanto en lo literario como en lo fascista. Quizá por eso, en lo de lo literario, se resiente esta obra en cuanto a su poso analítico. Quizá, también, lo ideológico a veces pesa demasiado. Puértolas considera a Gonzalo Torrente Ballester “escritor falangista”; sin embargo, Rodríguez llama a José María de Areilza “ex-falangista”. Todo esto, sin análisis literario; que a lo mejor no es el propósito de la historia. Algo, que a los que nos dedicamos a esto, también nos gusta.
En fin, mis simpatías por esta obra que me agrada tener en esta edición remozada y ampliada, en estos días en los que seguimos viviendo lo que señalan Rodríguez y Puértolas en el prólogo a esta segunda edición, cuando hablan de la ceremonia de la confusión que seguimos viviendo, desde 1986.

Nota para Martín: con respecto a la edición anterior,
ésta contiene un prólogo nuevo, un epílogo de César Vicente Hernando,
y páginas nuevas con actualizaciones, lamentables por su objeto, sobre la “cenagosa ola de revisionismo histórico”.

jueves, octubre 02, 2008

Ángel Campos Pámpano, Premio 'Eduardo Lourenço'

© Fotografía EFE

Mi amigo el poeta y traductor Ángel Campos Pámpano (San Vicente de Alcántara, 1957) ha sido galardonado hoy con el Premio 'Eduardo Lourenço', convocado por el Centro de Estudios Ibéricos (CEI), con sede en la localidad lusa de Guarda, dotado con 10.000 €, y que homenajea con su nombre al ensayista portugués Eduardo Lourenço (1923), que fuera Premio Extremadura a la Creación a la Mejor Trayectoria de Autor Iberoamericano en 2006 y que es presidente honorario del CEI. El premio reconoce a personalidades e instituciones portuguesas o españolas que hayan tenido una intervención relevante en el ámbito de la cooperación de las comunidades ibéricas; así que los méritos de Ángel son más que sobrados.
De 1980 es su versión de las Odas de Ricardo Reis publicadas en Balneario Escrito en Valladolid. Desde ese título, que puede ser considerado su primera traducción pública de cierto empeño, hasta sus últimos trabajos sobre Eugénio de Andrade, Sophia de Mello Breyner Andresen, o el mismo Fernando Pessoa, sobre quien sigue trabajando en un ambicioso proyecto, la trayectoria de Campos Pámpano en el terreno de la traducción literaria y, por consiguiente, de la difusión de la literatura portuguesa en España se ha convertido en una de las más brillantes en el ámbito hispano.
Por otro lado, su participación en la fundación y dirección de proyectos editoriales como la revista en dos lenguas Espacio/Espaço Escrito o el periódico de revistas poéticas Hablar/Falar de Poesia ha debido de ser otra credencial ineludible para el jurado. Un jurado compuesto por José Ramón Alonso, rector de la Universidad de Salamanca, Fernando Seabra Santos, rector de la Universidad de Coimbra, Joaquim Valente, alcalde de Coimbra, instituciones las tres que alientan desde sus comienzos el CEI, que está representado igualmente en este jurado por Fernando Catroga, Fernando Rodríguez de la Flor, Valentín Cabero y Jaime Couto Ferreira; a quienes han acompañado también como componentes invitados el escritor y diputado Vasco Graça Moura, el embajador de España en Lisboa Alberto Navarro, el presidente del Centro Nacional de Cultura y del Tribunal de Cuentas Guilherme de Oliveira Martins, y el poeta español y Premio Nacional de Literatura Antonio Colinas.
Es la cuarta edición ésta del premio. Anteriormente lo obtuvieron la catedrática de Culturas Griega y Latina de la Universidad de Coimbra Maria Helena da Rocha Pereira; el periodista y antiguo corresponsal de TVE en Lisboa Agustín Remesal; y la pianista portuguesa Maria João Pires.
Una alegría. Felicidades, Ángel.
Hace nada, el Jornal de Notícias recogía esta buena nueva.

miércoles, octubre 01, 2008

De Tordesillas a las Feroe

En la era de las nuevas tecnologías, en la aldea global y en estos tiempos de cruel capitalismo que a veces se resiente y se arrepiente por sus modos —no es para tanto y las cosas volverán a su cauce; vamos, que Marx no se quedó corto—, las tradiciones tribales masivas no cambian. Que digo yo que podrían cambiar las tradiciones, y convertirse en tradición donar sangre tres días al año —sin vaquilla del aguardiente—; lanzarse a las aguas sucias de un río para limpiarlas —sin que la fiesta continúe luego meando en el río vecino—, o salir a las calles cada 3 de octubre —por poner una fecha, movible según el calendario— y recoger papeles, limpiar fachadas de pintadas y guarrerías, y retirar las cagadas de los perros —sin un botellón luego para celebrarlo.
Escribo en el tumulto de una jauría de cientos de estudiantes que celebran las novatadas, otra tradición que llena de alcohol los cuerpos jóvenes de quienes comienzan el curso —una contradicción— y llena de mierda las calles y los jardines. Escribo con el eco de las denuncias por una fiesta absurda como la del Toro de Tordesillas, que este año ha tenido más presencia negativa en los medios —¿con cuántos años de retraso? Y escribo movido por un mensaje de mi amigo Juanma Barrado que me transporta al Atlántico Norte, a las Islas Feroe, en una denuncia cándida e inofensiva de la matanza de ballenas. Otra tradición que se ejecuta con la mayor humanidad posible sobre una especie que no se encuentra en peligro y que permite nutrir a buena parte de la población.
También aquí.