martes, enero 29, 2008

Ronda (I)

Me gustó ver el otro día en un restaurante, el Pedro Romero, de Ronda, este cartel antiguo de unas corridas celebradas en la Feria de San Miguel de Zafra desde el 5 al 7 de octubre de 1934. Con Armillita y Domingo Ortega; con Gitanillo de Triana y Torerito de Triana. Está bien este restaurante enfrentado a la Plaza, que visitamos el domingo por la mañana. El trato fue agradable y la comida también. Hicimos la foto. Sin embargo, al otro lado, junto a la misma Plaza inmortal de Ronda, otro restaurante ha pasado a mi historia por ser el único en el que he dejado exactamente el importe de la cuenta, con su pico, sus cuarenta y siete céntimos de euros. En toda mi vida. La comida mala, el trato desagradable, los detalles inexistentes... Seguro, seguro que para los camareros he pasado por ser un cliente extraño; y que nadie se ha dado por aludido. Restaurante Jerez, frente a la Plaza de Toros. Donde come la gente de postín.

miércoles, enero 23, 2008

Olvido en el Aula Valverde

Casi un año después de una justificada suspensión de sus lecturas en el Aula “José María Valverde” de Cáceres, mañana, Olvido García Valdés estará con nosotros. A las 20.15 horas en el salón de actos del Palacio de la Isla...

lunes, enero 21, 2008

Caprichos de Ceres

Si se enteran algunos de mis compañeros de Latín y Griego que ha salido este libro lo tomarán como ejemplo estupendo para sus estudios de Tradición Clásica en la más cercana contemporaneidad. Así, además, lo dice el propio autor, Ezequías Blanco, que evoca a Virgilio y a Horacio para expresar una de las cuatro, al menos, lecturas diferentes que puede tener su libro: la bucólica. Luego menciona la antropológica, la romántica y, por último, la simbólica y universal. Yo lo habría dicho de otro modo, por subrayar el acento —y la lectura— social, sí, la lectura social, de Los caprichos de Ceres, publicado, con prólogo de Juana Rosa Pita en la colección de poesía de Devenir (Madrid, 2007). La lectura social, en los tiempos que corren, del libro de Ezequías Blanco, sí.

viernes, enero 18, 2008

'Carmen' dormida y 'Lola' tumbada a la bartola

Más o menos así, dejaba Gerardo Diego a sus dos creaciones revistiles al presentarlas para el facsímil que publicó Turner en 1977 en aquel “Prólogo” que ahora vuelve a publicarse en un cuadernillo, junto a un estudio preliminar de José Luis Bernal (“Carmen-Lola o la ‘defensa de la poesía’”) y los índices de sus cinco entregas —dos de ellas como número doble— de diciembre de 1927 a junio de 1928.
Me llega este espléndido regalo gracias a Pureza Canelo y a su querida Fundación Gerardo Diego, que acaba de publicar, junto a Ollero y Ramos Editores, esta edición facsimilar de las dos ‘amigas’ vestidas con un estuche de cartulina. Carmen, la Revista chica de poesía española, y Lola, “amiga y suplemento” de Carmen, en sus cinco cuadernillos, sus cinco entregas (1, 2, 3-4, 5 y 6-7).
José Luis Bernal pone el acento en lo importante, como el momento crucial en el que aparecen en “defensa de la poesía” y con el centenario de Góngora como telón de fondo; o la clarividencia de su creador —Carmen salió como lo que era, como una persona, también Lola—, el sentido antológico de estas páginas y su condición de ciclo cerrado, con su “duración cantada de antemano”. Y señala también José Luis, si no importante, algo en lo que siempre me he fijado: el primer poema de Carmen, la “Égloga” de Luis Cernuda. Una apuesta de un Diego ‘de guardia’ para la joven poesía.
Un placer leer a la elegante Carmen, de Guillén a Argensola, y a la desenfada Lola, con sus crónicas, sus jinojepas, su tontólogo. Más traviesa.

martes, enero 15, 2008

Barrado

El viernes pasamos por la inauguración de la exposición de Juanma Barrado en el Museo de Cáceres. Falló el factor sorpresa, ya que conocía la mayor parte de la obra expuesta. Cosas de la amistad cercana, y antes, vecina. Y quizá algo más, porque una de las características de las propuestas literarias de Juan Manuel Barrado (Huertas de Ánimas, Cáceres, 1962) es esa franqueza estética de quien utiliza un género o una modalidad, sea la poesía, la prosa diarística o el poema objeto como manifestación de admiración, razonablemente reverencial, como homenaje o imitatio o aemulatio de modelos, en el sentido clásico. No sólo se ve en su poesía experimental; véase su Suite Celan (Cáceres, Edición del autor, 2002). Pero en lo experimental, es comprobable en sus caligramas, en algún poema objeto re-fluxus o en los libros-objeto troquelados sin troquel, a mano amiga.
Lo importante es el testimonio que queda en un catálogo bien editado, con un doble título Poesía experimental-A strada de Sintra, en dos lenguas, portugués y español, que anuncia la prolongación de esta muestra en la Universidad de Évora y en el Instituto Español de Lisboa en fechas próximas.

La exposición en Cáceres está abierta hasta el 6 de febrero. De martes a sábado, de 9’00 a 14’30 y los domingos, de 10’15 a 14’30.

viernes, enero 11, 2008

Iridiscencias desde Cáceres

Hace unos días recogí el programa de este Congreso Internacional titulado Iridiscencias en Países Asiáticos y Musulmanes (Cáceres, Facultad de Filosofía y Letras, desde el lunes 14 al jueves 17 de enero), que está coordinando la profesora de Historia Contemporánea de nuestra Facultad María Jesús Merinero. Quedé sorprendido por el plantel de participantes, por el interés del contenido del congreso y por la falta de logos. Sólo los de la Universidad de Extremadura, de Casa Asia y de Casa Árabe.
¿Es posible que algo que podría ponernos en la mirada de muchos puntos de España y de fuera de España no se apoye por las instituciones locales, provinciales y regionales? ¿Es verdad que María Jesús Merinero cuenta con mil euros y un pico como presupuesto para organizar esto?
Convocados para hablar de la situación sociopolítica en Oriente Medio, del diálogo de las civilizaciones, de derechos humanos e Islam, de la igualdad entre hombres y mujeres en el Corán... están expertos tan estimables como el profesor Antoni Segura, que es director del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de Barcelona; la colaboradora de El País y directora de Casa Árabe Gema Martín Muñoz; la corresponsal de ese mismo periódico en Irán Ángeles Espinosa; el que fuera vicepresidente con Mohammed Jatami, cuando su presidencia de Irán (1997-2005), Seyyed Mohammed Alí Abtahi; la que fuera diputada en el primer parlamento surgido de la revolución de 1979, Azam Taleghami, redactora jefe de la revista Payam é Hayar y directora del Instituto Islámico de la Mujer; la escritora y periodista Shalah Sherkat, que fue reconocida con el Premio al Coraje en el Periodismo convocado por la Fundación de Medios de Comunicación Internacionales sobre la Mujer en el año 2005... Remito al libro de Mª Jesús Merinero que coeditamos en el Servicio de Publicaciones de la UEX junto a la editorial Biblioteca Nueva, Resistencia creadora en Irán, para mayor información sobre algunas de las figuras que vienen a Cáceres la próxima semana.
Item más. Puede peligrar algún nombre porque el Presidente del Gobierno Rodríguez Zapatero ha convocado para el martes próximo el Primer Foro de la Alianza de Civilizaciones —o de Valores, como quiere Juan Goytisolo—, para el que cuenta, claro está, con grandes expertos y personas significadas, entre los que se encuentra el profesor Fred Halliday, el autor del libro El Islam y el mito del enfrentamiento (Barcelona, Edicions Bellaterra, 2005). Y, claro, buena parte está en este modesto programa del Congreso de Cáceres.
No sé qué resulta más peligroso para quienes deberían apoyar estas iniciativas, si el mundo islámico o la palabra ‘iridiscencias’.

Necrópolis

Ha estado toda esta semana José Miguel López, el director del programa de Radio 3 Discópolis, entrevistando a compañeros que dentro de nada serán ya antiguos: el primero, creo, fue Chema Rey (Bulevar), luego Jesús Ordovás (Diario Pop), ayer fue ‘Jami’, José Antonio Martín Morán, el director de la emisora, que también se tiene que ir a finales de mes; y hoy José Miguel López se ha remontado a los primeros pasos de Radio 3, a 1979, y se ha dado un baño de nostalgia con las voces de gente como Rodri, Carlos Tena, o el propio Ordovás, pero con veintisiete años menos.
No debe de ser bueno el ambiente por la casa, con tanta gente terminal. A más de cuatro mil trabajadores afecta el expediente de regulación de empleo abierto con la anuencia de los sindicatos ad maiorem gloriam de los grandes grupos de la radio no pública, y de los que dicen que quien se va lo hace ‘voluntariamente’. Los contenidos musicales de Discópolis esta semana han sido sustituidos por la palabra amable de estos profesionales que se van en un momento de madurez lúcida y creativa que hace más sangrante su marcha. Esta semana, el programa de J. M. López ha sido más Necrópolis que Discópolis. Lástima.

miércoles, enero 09, 2008

Coetzee


Para José Tato

Hace varias semanas, es decir, el año pasado, me recomendó mi amigo Ángel Campos este libro del que hablé ayer en la radio. Acudo siempre a todo lo que me recomienda Ángel, que considera muy bien dado el Nobel a J. M. Coetzee. No siempre pasa lo mismo con este premio. Recuerdo que otro buen amigo y excelente poeta —sigo en la misma categoría humana— como Luciano Feria dijo algo parecido de este escritor surafricano afincado en Australia. Y Luis Matías López, en una reseña de Babelia, creo, decía que más que recibir el prestigio del Nobel, ha sido Coetzee quien ha prestigiado al Nobel. Y añadía: “Cuesta perdonar al comité por el retraso en concedérselo.”
Tenía razón Ángel. Es muy recomendable Diario de un mal año (Barcelona, Mondadori, 2007). Tiene contenido. Tiene forma. (Ésta debería ser la plantilla principal de las críticas literarias buenas; y a partir de ahí...). La propuesta de Coetzee la justifica su personaje cuando confiesa que no tiene la fortaleza necesaria para escribir una novela: “Para escribir una novela tienes que ser como Atlas, cargar con todo el mundo en tus hombros y sostenerlo durante meses y años, mientras todos sus asuntos se resuelven por sí mismos. Es demasiado para mí en mi estado actual.”
Si no fortaleza, otra cosa habrá que tener para plantear este ejercicio literario montado con una cierta originalidad y efectividad que combina el ensayo, el relato novelesco y el diario íntimo, en dosis equilibradas de todo. Y me ha encantado cómo está resuelta esta mixtura con la composición textual de tres niveles o estratos, o pisos, como los pisos simbólicos de los beatos medievales. El lector se encuentra con un libro dividido en dos partes horizontales y tres partes verticales. Esto puede sonar raro, que es lo que ha debido parecer a los editores, que lo ocultan en el texto promocional de la contraportada. Se habla de la novela como si fuese un relato convencional, incluso con su punto de intriga; pero en ningún momento se alude a ese procedimiento de combinar diversos niveles textuales. Es como si se ocultase la cara rara del libro. ¿Por no predisponer al posible comprador? Claro que sí.

martes, enero 08, 2008

Felicidades, maestro

Juan Marsé (Barcelona, 1933) cumple hoy 75 años. Tenerle literariamente activo es uno de los grandes lujazos del panorama literario actual. Admiro su forma de contar y comparto la sustancia de ese implacable territorio moral en que se mueve. “El reto para un verdadero escritor no es hacerse un lugar en el escaparate cultural, sino resistirse a él”, dijo en una entrevista hace unos años.
Hace un par de veranos El País publicó un relato de Marsé en el que hablaba de sus orígenes: “Se podría decir que yo he nacido dos veces. La primera vez lo hice en el número 9 de la calle Mañé i Flaqué, en Sarriá, el 8 de enero de 1933; la segunda, quince días después, en un taxi, cuando una pasajera llamada Berta, después de escuchar al taxista lamentarse de la muerte de su esposa al dar a luz un niño, le dijo: "Lléveme usted a ver ese niño, por favor", y el taxista cambió de trayecto para complacerla.”
En febrero de 2007, como remate de una conversación entre Isabel Coixet y Juan Marsé, éste aludía a la "verdadera historia" de su nacimiento, desvelaba algunos datos desconocidos sobre unos hechos que quería incorporar de algún modo a su nueva novela y que diferían de lo contado por él mismo en diferentes lugares, como en el texto de arriba.
Ayer escribía Juan Cruz en El País sobre él. Felicidades.

lunes, enero 07, 2008

De series novelescas

Los Reyes Magos me han traído 1.949 páginas que ocupan, encuadernadas, 13,02 cms. de estantería. Son, sin embargo, sólo dos obras de nuestra historia literaria: las Sonatas (1902-1905) de Valle-Inclán, reunidas en un solo volumen por primera vez desde hace casi cuarenta años; y la serie novelesca —quizá no sea el término apropiado, frente al de ‘novela’— de Javier Marías Tu rostro mañana (2002-2007), a cuya culminación he esperado para tenerla en sus tres volúmenes.
Espasa-Calpe, editora de las Sonatas o Memorias del Marqués de Bradomín, ha optado por dar el texto de las cuatro Sonatas limpio de referencias y notas, y sólo antecedido por un breve delantalillo que se complementa con unas líneas en una de las solapas. La editorial remite para mayor información de la obra a las dos ediciones modernas de las Sonatas publicadas en su colección Austral —las de Gimferrer y Leda Shiavo—, lo que evidencia que sólo le interesa dar el texto sin más, en un solo volumen, con un tamaño de letra generoso. Sea. Está en su derecho, porque la historia textual —aún no cerrada— de las obras de Valle-Inclán está ligada a Espasa, que logró editar en 2002 la Obra completa poniendo de acuerdo a las cuatro ramas familiares de herederos —¡si don Ramón levantara la cabeza!—, y que lleva desde los años cuarenta, en esa colección Austral, entre otras, editando piezas sueltas del inmortal gallego, cada una con su copyright. Por aquellos tiempos, por ejemplo, aparecían en el mismo volumen la Sonata de otoño y la Sonata de invierno, con la mención de Beatriz para la primera y la de Concha para la segunda, las hijas del escritor; o La corte de los milagros, con la de Jaime Valle-Inclán, el pequeño de los varones. Carlos, mayor, poseía los derechos de otros títulos y hace años protagonizó, junto a Espasa, la denuncia al editor Emiliano Escolar por la publicación de una pequeña edición de Rosita y Eulalia (Madrid, Col. Odiseo, 1982). Escolar quedó absuelto. Qué mundo éste de los derechos de autor.
Sea como sea, será un placer volver a las Sonatas en un solo volumen y con un texto, a priori, fiable. La novela de Javier Marías, que me han recomendado vivamente, tendrá que esperar.

miércoles, enero 02, 2008

Alicia, Mérida, Casa Benito

De vuelta de Zafra, hemos pasado por Mérida para estar un rato con una amiga. Tenemos tantas buenas razones en amigos para pasar por allí, que hablar de la que nos ha detenido hoy puede resultar desaire. Hacía tiempo que no iba por Casa Benito en Mérida. Recuerdo, hace más años, una noche especial en la terraza, después de una excelente lectura poética de Antonio Gamoneda. Hoy, en Casa Benito, dando buena cuenta de algunas raciones he visto por primera vez un cartel histórico. El de la corrida del 16 de mayo de 1920, en la Plaza de Toros de Talavera de la Reina, con Ignacio Sánchez Mejías, en la que “Joselito” (José Gómez Ortega o “Gallito”) murió corneado por el quinto toro, “Bailador”. En el Cossío se cuenta cómo Sánchez Mejías, que moriría en la plaza de Manzanares catorce años después, acompañó con fervor de hermano al diestro en sus últimas horas, y fue el encargado de dar muerte a aquel toro de la ganadería de la viuda de Ortega.
Un curioso y valioso efímero colgado en un lugar muy discreto, casi escondido, nada destacado, del comedor de Casa Benito. La imagen tan deficiente que me he traído obliga a pasar por allí para ver el original.

martes, enero 01, 2008

2008

Me gustaría anotar aquí, en el comienzo de un nuevo año, que nadie se ha enfadado conmigo; que no me he enfadado con nadie. Me gustaría apuntar el nombre de una persona querida porque voy a verla. También el título de un libro que tengo ganas de leer y que me han regalado. O uno que leí y que he regalado a una persona querida a la que hoy no he hecho enfadar. Qué tontería. Me gustaría que fuese un nuevo año de verdad. Y que el libro al que me refiero existiese y que lo de no enfadarse fuera real, y que nadie fuese realmente nadie.