domingo, agosto 12, 2007

Lectura de Antonio Carvajal


La leí cuando se publicó en el cuaderno del ciclo "Poética y Poesía" de la Fundación Juan March, que recibí gracias a Antonio Gallego, director del Servicio de Actividades Culturales de la Fundación, en última instancia, y a Álvaro Valverde, en primera, porque fue éste quien me habló del ciclo y me anunció su lectura —la cuarta, tras las de Antonio Colinas, Antonio Carvajal, de quien se trata, y Guillermo Carnero.
La leo esta tarde de agosto, y la debió de leer Antonio Carvajal en Madrid —inédita aún en libro— el 20 de mayo de 2004. Es la Canción de un alto gozo, un poema que termina con los siguientes versos:

“En estas horas, dones
postreros de una dicha
que conformar no supe pero consta
como canción, como acunado gozo
donde el placer se alcanza
y es llamarada lenta si segura
de una brasa más prieta
que el fruto aquél dorado, consumido
con fruición, pero pronto devorado,
quiero guardarte en mí, no pronunciarte,
no darte a los demás como triunfo.
Comprende mi silencio,
único nombre que me cabe dentro
con igual plenitud que la ebriedad.”


En fin, la palabra. Alta literatura.

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