domingo, abril 16, 2006

Un regalo, de Tato

Recomiendo leer la entrada Un regalo del blog de Tato. Hace muchos años me sentí igual después de que alguien enredase en mis libros y en mis cajones. En la mesilla de noche había un paquete de tabaco rubio —yo, por aquel entonces, fumaba Ducados— y el ladrón encendió un pitillo —había ceniza en el suelo, al lado de la cama. Acababa de comprarme mi primer ordenador, vivía al lado de la comisaría de policía y los ladrones forzaron la puerta por las bisagras. Me parecen circunstancias reseñables. A los pocos días, el periódico publicó los signos que acostumbran a usar los 'cacos' para señalar sus objetivos. En mi puerta quise ver un pictograma cuya traducción según el periódico —creo recordar— era un displicente "Nada de interés", o sea, que no había joyas, que era lo que buscaban los ladrones. Otros mensajes informaban: "Mujer sola", "Ya limpiado" o "Limpio"...
Yo también pensé en mis ladrones, en sus sueños, sus pasiones, sus problemas, sus gustos; y recuerdo cómo me sentí al comprobar que alguien había estado hurgando en mis cosas, esa desnudez...